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COLUMNISTAS


Cuando las posiciones políticas partidistas afectan a la empresas

Marilyn Batista Márquez mbatista@batistacom.com | Viernes 19 febrero, 2021


Es conocimiento de todos -en cualquier país que se haga llamar democrático-, que sus ciudadanos tienen el derecho a expresarse en libertad, así lo suscribe centenares de constituciones y ha sido aclarado en reiteradas ocasiones por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Como toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, lo que debería limitar este bien apreciado, es el abuso que se cometa en el ejercicio de este derecho, como lo describe el artículo 29 de la Constitución política de Costa Rica.

Son muchos los alcances que tienen el derecho a la libertad de expresión, y también las consecuencias de utilizarla sin conocimiento, limitaciones, prudencia y cautela.

Una situación reciente, la del Presidente de la empresa hispana más grande de los Estados Unidos, Robert Unanue, director general de Goya Foods, es un ejemplo épico del uso inadecuado e imprudente de la libertad de expresión cuando se ocupa el cargo más alto de una empresa.

En julio del año pasado, el empresario, en una actividad realizada en la Casa Blanca, expresó su admiración por el ex presidente, cuando dijo públicamente que los ciudadanos de los Estados Unidos de América estaban “realmente bendecidos de tener un líder como el presidente Trump, que es un constructor”.

Este comentario tuvo como consecuencia el inicio de un boicot (liderado por senadores latinos demócratas) hacia la marca Goya y sus productos, que todavía permanece a través del hashtag #Goyaway (un juego de palabras entre Goya y Go Away, que significa “vete”).

En esta ocasión, la junta Directiva de Goya Foods, no tomó ninguna acción en contra de su Director General, aunque se rumoró que recibió una llamada de atención.

Meses después, la gota que desbordó el vaso, fue cuando Unanue –en el ejercicio de su libertad de expresión- comentó el día de la toma de posesión de Joe Biden, en un programa de Fox Business, que la elección del nuevo presidente no era válida, apoyando la teoría de Trump sobre el fraude electoral. Afirmó: “Lograron lo que se propusieron hacer, que era sacar al presidente Trump de en medio…Creo que es misión cumplida por parte de los sindicatos, la asociación, el conglomerado de redes sociales, la grandes tecnológicas, los grandes medios y el gran gobierno”.

La magnitud de la aseveración provocó que la junta directiva de Goya Foods votara para censurar a Unanue. A partir de ese momento, si el Director General de esta empresa quiere hablar con los medios de comunicación –para cualquier tema- necesitará el permiso del consejo de administración.

Es claro que la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos protege los derechos a la libertad de religión y a la libertad de expresión, sin ningún tipo de interferencias, pero las empresas tienen su propia “constitución”, que se ensambla dentro de la cultura organizacional. Esta establece códigos de comportamiento implícitos o explícitos, normas y políticas de relaciones con los medios de comunicación y públicos de interés, con el objetivo de proteger y fortalecer su reputación.

Robert Unanue olvidó que como Director General, representante y accionista de una empresa, sus palabras y acciones no son privadas, aunque un miembro de Junta Directiva y familiar de Goya Foods, Andy Unanue, intentó arreglar la situación cuando afirmó a The Washington Post "Bob no habla en nombre de Goya Foods cuando habla en televisión…la familia tiene diversos puntos de vista sobre la política, pero la política no forma parte de nuestro negocio. Nuestro punto de vista político es irrelevante".

La anterior cita defiende lo indefendible, pues ningún líder empresarial (o político, religioso, sindical, etc.) que hable y se comporte de cierta manera públicamente, - por más que sostenga que lo hizo en forma personal-, no puede separarse de su investidura. Es indisoluble, el “yo persona” y el “yo Director General o Presidente” de una empresa, cuando se trata de acciones y declaraciones públicas.

Aunque Goya Foods ha negado que las palabras de su Director General y la llamada a boicotear los productos que comercializan estén afectando sus ventas, una fuente interna, que no fue revelada por el medio de comunicación, sostuvo que el crecimiento es menor desde que Unanue hizo los primeros comentarios de apoyo a Donald Trump, en julio del año pasado.

Ahora que Costa Rica inició la campaña política hacia las elecciones del 2022, tomen en cuenta los empresarios que como cualquier ciudadano tienen el derecho a apoyar al candidato de su preferencia, pero cuando lo hacen públicamente traspasan la línea de lo personal a la marca, lo cual podría tener repercusiones sobre toda la operación y la imagen de la empresa que representan.

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