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Colón flotante, sí: Pero, todavía, no

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 16 enero, 2013




ANÁLISIS

Por ahora, ajustar las bandas

Colón flotante, sí: Pero, todavía, no

Exceso de gastos del Gobierno impulsa el valor de la moneda nacional


El colón debería flotar libremente ante el dólar, en proporción con la oferta y demanda, reduciendo el costo que para nosotros genera la intervención del Banco Central, y haciendo más eficiente la economía costarricense.
Sin embargo, la cura al menos temporal al problema de la presión para la apreciación del colón, sería ajustar la banda que en este momento controla su precio, para que el tipo de cambio pasara a ¢475 por dólar, en comparación con el actual, de ¢500.
De lo contrario, permitir que el colón flote desde ya, procuraría que el tipo de cambio de repente sea de ¢450, lo cual tendría un efecto dañino en las exportaciones, incluido el empleo.
Mientras tanto, ganaríamos tiempo para lidiar con la principal causa de una moneda cara, o sea la creciente deuda del Gobierno.
Las recomendaciones para permitir que el colón encuentre desde ya su nivel natural, según las condiciones del mercado, han sido reforzadas en los últimos días por varios expertos, incluido el exdirector del Central, Francisco de Paula Gutiérrez.
De hecho, el Central propiamente desde 2006 ha propuesto permitir la flotación libre de la moneda, la cual es una buena idea en principio.
Mantener el valor del colón dentro de unas bandas, fijadas por el Central, tiene un costo, que el público debe pagar.
Por ejemplo, si el mercado valorara el dólar en ¢400, mientras el Central no quisiera que el tipo de cambio baje a menos de ¢500, la única forma de prevenir esto, sería mediante la compra de dólares, cuyo valor subiría, tras el incremento en la demanda.
Pero la única forma en que los tenedores de los dólares, los vendieran al Central —o sea a los ciudadanos, dado que somos los dueños del ente— sería que el Banco pagara más por cada billete verde, que el resto del mercado.
Cuanto mayor sea la diferencia en el valor del colón, que el mercado dictamine, y el que el Central prefiera, mayor es el costo para el público para mantener la moneda nacional en un nivel artificial.
Con la flotación, se acabaría la intervención del Central, así como con este costo, tal como ha sido el caso en la gran mayoría de los demás países del mundo.
Por otro lado, la flotación inmediata causaría que el tipo de cambio rápidamente sea de unos ¢450, estiman analistas económicos, o sea un incremento del 10% de su valor actual, lo cual afectaría las exportaciones, que ya han sido golpeadas en los últimos años.
En 2009, el tipo de cambio fue de unos ¢600 por dólar, mientras en tan solo diez meses, pasó a ¢515, lo cual implica un incremento en el precio de las exportaciones de no menos del 14%.
Un incremento adicional en el valor del colón afectaría aún más nuestra competitividad.
En lo que al turismo se refiere, Costa Rica se encuentra en fuerte competencia con muchos destinos, incluidos Panamá, Nicaragua, Colombia, y México, así como con varias islas caribeñas, de modo que un incremento en el costo de un viaje no esencial, podría ocasionar que muchos potenciales visitantes vayan a otro lugar.
De igual manera, en lo que tiene que ver con los “call centers”, así como otras empresas de zona franca, con varios países latinoamericanos y caribeños.
En cuanto a la exportación de los principales productos agrícolas, como el banano y la piña, sería difícil para los productores sustituir el cultivo costarricense por el de otros países, dado que el desarrollo de las grandes plantaciones requiere mucho tiempo.
Sin embargo, es algo que empezarían a analizar a largo plazo, si enfrentaran el reto de un colón más caro aún.
En este caso, un compromiso temporal sería ajustar las bandas, para que el tipo de cambio pase a alrededor de ¢475 el dólar.
El incremento del 5% en el precio de la moneda no sería ideal para el sector exportador.
Además, mantener la banda implica más gastos para el Central, así como —probablemente— el problema de la inflación, porque una de las principales opciones para encontrar los colones necesarios para comprar dólares, es imprimir más.
Por otro lado, los costos de defender la banda serían menores al nivel de ¢475 que a ¢500.
En lo que a la inflación se refiere, un leve incremento no sería serio, tomando en cuenta el hecho de que actualmente está en niveles históricamente bajos.
Mientras tanto, el golpe en el sector exportador sería menor, de lo que sería en el caso de la flotación.
En esta situación, es vital lidiar ya con el problema de la deuda del Gobierno, que está creciendo con el ritmo más alto de toda Centroamérica, de hecho en los últimos tres años se trata de un déficit promedio anual de no menos de unos $2 mil millones.
Para conseguir más dinero cada año, el Gobierno vende bonos, con las tasas de interés cada vez más altas, para atraer a los inversionistas.
Para comprar los bonos, los inversores buscan colones, subiendo así de forma continua el valor de la moneda nacional.
En este caso, la única forma de asegurar que el valor del colón baje, sería reducir el déficit del sector público, mediante una combinación de recortes en los gastos, y una reforma fiscal.
No obstante, el Gobierno todavía no ha logrado enfrentar de manera contundente este problema.
Una vez que lo hagamos, podemos iniciar la flotación.

Luis Alberto Muñoz
lmunoz@larepublica.net

Bernal Rodríguez
brodriguez@larepublica.net

Fred Blaser
Co Presidente RMG







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