Cartaginés respetó su territorio

Se le fue encima al Uruguay que le había empatado y lo liquidó

Lo que se presentaba como un juego cómodo para el campeón de Copa, que a los 8 minutos de acción ya le ganaba al Uruguay gracias a un mortero espectacular de Juan Diego Madrigal, se le fue complicando al Cartaginés por la tenacidad de una joven oncena isidreña que soportó el asedio azul y logró empatar en acción de bola muerta.

Luciano Bostal, Johan Condega y Randall Alvarado tuvieron opciones de conquista antes y después del bólido del Chino, pero el espigado portero lechero, Darryl Parker desde temprano mostró sus condiciones. Sobre todo a su verdugo, Madrigal, le desvió una raya impresionante que viajaba rauda a los cordeles.
El técnico coronadeño Carlos Watson, desde las gradas donde habitaba su suspensión, ordenó una variante que cortó el flujo ofensivo de los pupilos de Mauricio Wright y Joshua Díaz sustituyó a José Leitón. Uruguay se rearmó, Ulises Segura le mandó un recado a Wardy Alfaro y a cuatro del final la visita empató. Tiro de esquina que cobró Rafa Rodríguez y José Alberto Mora le gana el viaje a Jameson Scott y perfora a Wardy para el empate.
La segunda parte es de un solo rostro, el local.
Randall Alvarado mata un zopilote con las redes a su antojo y Leandro Silva refuerza el motor en lugar de Paolo Jiménez; Silva se junta con Condega, este le prueba las tenazas a Parker y entra Daniel Quirós por Bostal a ponerle pimienta al ataque.
Cartaginés se vuelva sobre el marco isidreño y los campeones de 1963 empiezan a cazar tobillos ante la avalancha. Caen abatidos Quirós y Alvarado bajo el fuego de los tornillos de Mora y Sosa. Uruguay aguanta media hora y se derrite de forma infantil; saque de banda largo de Madrigal, Daniel Quirós raspa de cabeza y la bola pega caprichosamente en el brazo de José Alberto Mora. Hugo Cruz dicta sentencia: penal. Cobra Jameson Scott, rebota espectacularmente Parker con tan mala fortuna que su rechazo va a piernas del mismo Scott que devuelve a la red.
El cuadro de la Vieja Metrópoli logró su cometido, metió el gol que se presumía del triunfo pero le alcanzó para más, para sellar la justa victoria en el 86 con una corrida espectacular de Daniel el travieso, que ya se gana el fervor que los cartagos depositaron tantas temporadas en Chiqui Brenes, pase de la muerte a Pablo Herrera y el isidreño de cepa liquida a sus coterráneos con un zurdazo que deja el asunto finiquitado.

Gaetano Pandolfo
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