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¿Cacería de brujas?

Vilma Ibarra vilma.ibarra@gmail.com | Miércoles 16 julio, 2008


Hablando Claro
¿Cacería de brujas?

Vilma Ibarra

Cuenta la historia que durante la tristemente célebre época de la cacería de brujas de la Inquisición (1450-1700) miles de personas acusadas de practicar la brujería (por supuesto, la inmensa mayoría mujeres) eran quemadas o ahorcadas bajo la premisa de que si no se procedía de tal manera, Satanás, el pecado y las fuerzas del mal prevalecerían en el mundo.
La primera cacería masiva de brujas se efectuó en un pueblo francés llamado Arras con la detención de un ermitaño miembro de un pequeño grupo de protestantes que se había apartado de la Iglesia católica. Comenzaron entonces las torturas para obtener confesiones o sumisión y aquellos castigos eran de tal naturaleza que las víctimas eran capaces de confesar cualquier crimen con tal de no seguir siendo objeto de las brutalidades de los torturadores.

Cuenta la historia también que afortunadamente para los no católicos, Arras era el centro del comercio y la producción de aquel tiempo y por supuesto llegó un momento en que los comerciantes extranjeros comenzaron a asustarse de lo que ocurría y esto lógicamente empezó a causar pérdidas a la pujante economía “arrense”. Siendo así, el Duque de Borgoña intervino y por orden del parlamento y del obispo todos los prisioneros fueron liberados y, terminó entonces la cacería de brujas… (al menos en Arras, porque por supuesto ya para entonces la funesta práctica se había extendido a casi toda Europa donde se prolongó hasta mediados del siglo XVIII).

Viniendo al presente, me pregunto hasta dónde habremos de llegar con nuestra propia cacería de “herejes consultores” convertidos todos ahora en “corruptos pecadores” para terminar con los linchamientos que tanto nos entretienen y de los que son responsables algunos políticos, algunos medios de comunicación y casi todos los que creemos tener la verdad de nuestro lado y el pecado en la acera de enfrente.
Incapaces como parece que somos de separar la paja del grano, lo incorrecto de lo correcto, lo antiético de lo ético, a lo mejor tendremos que sufrir una crisis económica mucho mayor que la que sufrieron los arrenses para que finalmente nos ocupemos de lo que nos está dañando tanto, en lugar de estar concentrados en la última actualización de la lista de herejes.

Dicho de otro modo, me pregunto hasta dónde habrá de llegar el precio del dólar, las alzas en los combustibles, el precio de los granos y todos los demás problemas que nos tienen de cabeza para que terminemos la cacería de brujas y empecemos a trabajar por las soluciones que el país reclama.
No me siento muy optimista, porque juzgar a los demás eximiéndonos nosotros mismos, es tan humano como inevitable. Razón por la cual voy a defender hasta las últimas consecuencias mi ejercicio profesional liberal como asesora, mientras seguiré pensando que probablemente el ejercicio de los “otros” tenga algún vicio de irregularidad…

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