¿Boicotearían el partido?
Cristian Williams cwilliams@larepublica.net | Miércoles 12 agosto, 2009
¿Boicotearían el partido?
Cristian Williams
Enviado especial
cwilliams@larepublica.net
San Pedro Sula, Honduras- La problemática política que se vive en Honduras se había mantenido al margen del partido, hasta que ayer los simpatizantes de Manuel Zelaya comenzaron las manifestaciones en San Pedro Sula.
Una marcha, que aglutinaba a más de 2.500 personas cerca de las 3 p.m., tomó las principales calles de la ciudad y con epicentro en el Parque central comenzó a amenazar con impedir que el juego de esta noche se realice.
Enardecidos algunos al ver la presencia de los medios de Costa Rica, se acercaron en busca de hacerse sentir “y que el mundo sepa lo que pasa aquí”. Allí se hizo sentir la primera y fuerte amenaza.
“Vamos a tomar el estadio, cerraremos todas las entradas, para que sepan que en Honduras pasa algo y que queremos que regrese nuestro presidente constitucional. El mundo se dará cuenta que Honduras no quiere este gobierno de facto, queremos que regrese Mel Zelaya”, dijo un marchista, que por seguridad no dio su nombre.
Junto a él, decenas apoyaban sus palabras y adelantaban que se harían sentir, ya que al frente de la selección también hay personas aliadas a los golpistas, lo mismo que en los medios de comunicación locales, que por precaución cerraron sus oficinas.
Para hoy los dirigentes esperan que de toda la zona de San Pedro Sula y las ciudades vecinas lleguen a reunirse más de 50 mil personas, quienes intentarán impedir que el partido eliminatorio se realice.
La coordinadora del frente nacional, Margarita Murillo, ente organizador de las marchas, dijo que el partido no es un tema que a ellos les importe y que no desean mezclar la política con el deporte. “Puede que algunos quieran ir, pero no apoyamos eso, nuestro deseo es que regrese Mel, el fútbol es otra cosa, es un partido y ese no es nuestro objetivo, sino lo político”, aseguró Murillo.
Como medida de precaución la policía y el ejército han diseñado todo un plan de seguridad en los alrededores del estadio en busca de evitar cualquier contratiempo.
Cristian Williams
Enviado especial
cwilliams@larepublica.net
San Pedro Sula, Honduras- La problemática política que se vive en Honduras se había mantenido al margen del partido, hasta que ayer los simpatizantes de Manuel Zelaya comenzaron las manifestaciones en San Pedro Sula. Una marcha, que aglutinaba a más de 2.500 personas cerca de las 3 p.m., tomó las principales calles de la ciudad y con epicentro en el Parque central comenzó a amenazar con impedir que el juego de esta noche se realice.
Enardecidos algunos al ver la presencia de los medios de Costa Rica, se acercaron en busca de hacerse sentir “y que el mundo sepa lo que pasa aquí”. Allí se hizo sentir la primera y fuerte amenaza.
“Vamos a tomar el estadio, cerraremos todas las entradas, para que sepan que en Honduras pasa algo y que queremos que regrese nuestro presidente constitucional. El mundo se dará cuenta que Honduras no quiere este gobierno de facto, queremos que regrese Mel Zelaya”, dijo un marchista, que por seguridad no dio su nombre.
Junto a él, decenas apoyaban sus palabras y adelantaban que se harían sentir, ya que al frente de la selección también hay personas aliadas a los golpistas, lo mismo que en los medios de comunicación locales, que por precaución cerraron sus oficinas.
Para hoy los dirigentes esperan que de toda la zona de San Pedro Sula y las ciudades vecinas lleguen a reunirse más de 50 mil personas, quienes intentarán impedir que el partido eliminatorio se realice.La coordinadora del frente nacional, Margarita Murillo, ente organizador de las marchas, dijo que el partido no es un tema que a ellos les importe y que no desean mezclar la política con el deporte. “Puede que algunos quieran ir, pero no apoyamos eso, nuestro deseo es que regrese Mel, el fútbol es otra cosa, es un partido y ese no es nuestro objetivo, sino lo político”, aseguró Murillo.
Como medida de precaución la policía y el ejército han diseñado todo un plan de seguridad en los alrededores del estadio en busca de evitar cualquier contratiempo.