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Aprovechamiento sostenible de toda la riqueza nacional (II)

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 11 septiembre, 2017


Aprovechamiento sostenible de toda la riqueza nacional (II)

Este es un tema que ha sido clave en el desarrollo de los países que han sido exitosos en lo económico, lo fiscal, lo social y lo ambiental.
Muchos países han venido emulando y adaptando, de conformidad con las características nacionales, las mejores políticas y las mejores prácticas del modelo de esos países.

Hay varios países exitosos que inclusive han creado un sistema de apoyo y de cooperación internacional para emular y adaptar su modelo energético a las condiciones nacionales de los países que así lo soliciten. 

Uno de estos países es Noruega. El Gobierno creó una iniciativa de cooperación no reembolsable para emular y adaptar su modelo de exploración y desarrollo sostenible de los recursos energéticos nacionales para potenciar el bienestar económico y social de los países receptores con sostenibilidad ambiental y fiscal.

Muchos países buscan emular el modelo energético noruego, durante las décadas que durará la transición energética en el mundo, dado el éxito económico, social, ambiental y fiscal de Noruega, el cual es reconocido internacionalmente. Este país se destaca por las estrictas normas y estándares de seguridad y de protección ambiental que aplica en el desarrollo de sus yacimientos.

Los estudios demuestran que “en gran medida este país les debe su prosperidad a los yacimientos de petróleo y de gas natural”, que “los ingresos obtenidos por las ventas de petróleo y gas natural han jugado un papel crucial en la creación de la sociedad noruega moderna” y que “casi todo el petróleo y el gas natural producidos en Noruega se exporta”.

Estos países exitosos demuestran que, con las políticas apropiadas, la producción de gas natural y de petróleo no solamente no fomenta el consumo interno, sino que, con la riqueza nacional generada con las exportaciones de estos recursos naturales, más bien se potencia el bienestar nacional y se impulsa la transición energética, entre muchas otras cosas.

Gracias al aprovechamiento sostenible de esta riqueza nacional, Noruega es uno de los países en el mundo que más bienestar nacional tienen y que más rápido están realizando la transición energética.

La ejecución de la cooperación internacional para adaptar el “Modelo Noruego” a los países que lo solicitan se realiza a través de la agencia de cooperación internacional del Gobierno llamada NORAD (Norwegian Agency for Development Cooperation), la cual provee “asistencia a los países en desarrollo en sus esfuerzos por administrar los recursos petroleros de manera sostenible” con el fin de “generar desarrollo económico y social” y de lograr “la reducción de la pobreza a través del manejo responsable de los recursos petroleros”.

Mediante mecanismos de cooperación no reembolsable, Noruega ha estado ayudando así a países pequeños en vías de desarrollo importadores de petróleo a adaptar el “Modelo Noruego” a sus condiciones nacionales para:

  • Potenciar de manera sostenible su desarrollo y su bienestar social durante las décadas que durará la transición energética.
  • Lograr los recursos necesarios (fiscales y no fiscales) y las divisas para impulsar competitivamente la transición energética nacional y el desarrollo de las energías renovables que eventualmente sustituirán el petróleo.
     

Entre otras cosas, muchos países buscan emular el “Modelo Noruego” porque la evidencia es contundente en demostrar que este modelo impulsa y potencia:

  • El desarrollo sostenible (Noruega es reconocida internacionalmente por ser un líder y referente mundial del desarrollo sostenible).
  • El desarrollo humano (Noruega ocupa el primer lugar en el Índice Mundial de Desarrollo Humano).
  • La protección del ambiente y altos niveles de desempeño ambiental (Noruega se encuentra entre el grupo de países con mayor desempeño en el Índice Mundial de Desempeño Ambiental).
  • La competitividad energética (Noruega es el país que ocupa el primer lugar en el Índice Mundial de Competitividad Energética).
  • La mejora de la arquitectura energética (Noruega tiene la segunda mejor arquitectura energética del mundo, según el Foro Económico Mundial, la cual incorpora para su medición factores como la sostenibilidad ambiental en el sector energía, la seguridad energética y el grado en que la arquitectura energética beneficia el desarrollo y el bienestar del país).
  • La conversión del crecimiento económico en bienestar social (Noruega es el país que más convierte el crecimiento económico en bienestar para sus ciudadanos, según un reciente estudio publicado por el Foro Económico Mundial. Entre los factores que se analizaron para hacer esta medición y esta clasificación de países se encuentra la calidad del ambiente, el empleo y la distribución y la equidad del ingreso).
  • Liderazgo en la protección ambiental y en la lucha contra el cambio climático (Noruega utiliza la riqueza nacional de sus yacimientos de gas natural y petróleo para impulsar el bienestar nacional, el desarrollo sostenible y las grandes transformaciones. Todo esto lo continuará haciendo mientras dure la transición energética mundial y mientras haya consumo de petróleo y gas natural en el mundo. Tienen claro que la transición energética avanza con los cambios que se dan en la demanda de energía en el mundo y que la oferta se irá adaptando a estos cambios).

Los países en vías de desarrollo importadores de petróleo susceptibles de recibir esta asistencia tienen, por su pequeño tamaño, emisiones de gases de efecto invernadero relativamente pequeñas (como es el caso de Costa Rica).

Esta iniciativa noruega tiene claro que la sustitución de las importaciones petroleras por producción nacional de gas natural y petróleo, en estos países pequeños en vías de desarrollo, no aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero y que, al contrario, las disminuirá en el futuro por el mayor impulso que genera el aprovechamiento sostenible de toda esta riqueza nacional.

Se tiene claro igualmente que con los cuantiosos ingresos fiscales y no fiscales y de divisas que podrían lograrse, estos países podrían potenciar fuertemente su desarrollo mientras simultáneamente fortalecen la transición energética y el desarrollo de las fuentes renovables de energía, tal como lo ha venido haciendo Noruega con su modelo energético.

Con los grandes recursos fiscales y no fiscales generados se desarrollan nuevas capacidades que les permitirán a estos países reducir en el futuro sus emisiones de gases de efecto invernadero (y de otro tipo), lo cual no podrían lograr con su modelo actual de gran carencia de recursos y de crecientes importaciones de petróleo y derivados que conllevan a crecientes transferencias de recursos fiscales y no fiscales y de divisas a los países petroleros, lo cual genera aún más una mayor carencia de recursos y de divisas.

Los estudios en Costa Rica evidencian además que, por la gran carencia de recursos que tenemos, las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de las crecientes importaciones petroleras están aumentando aceleradamente y que no se está dando ninguna transición energética.

A pesar de lo anterior, la política energética y económica actual de Costa Rica rechaza el “Modelo Noruego” (o sus variantes) y los modelos parecidos de otros países exitosos.

Prefiere el modelo energético nacional actual que es económicamente ineficaz y socialmente insensible. Además, es costoso y no permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de otros gases y más bien las aumenta. Los estudios sobre las crecientes importaciones petroleras y la creciente carencia de recursos fiscales y no fiscales son contundentes en mostrar lo anterior.

El principal componente del modelo energético nacional es el petróleo importado en la forma de derivados, el cual representa casi las 2/3 partes del consumo energético nacional (que es una dependencia petrolera mucho mayor que la dependencia promedio mundial) y tiene un crecimiento promedio proyectado de consumo en el largo plazo que es tres veces superior al crecimiento mundial.

Como lo he señalado en otras ocasiones, la política petrolera nacional no solamente no contribuye al desarrollo del país, sino que además enriquece a otros países con las transferencias crecientes y continuas de grandes cantidades de recursos fiscales y no fiscales y de divisas. Forma parte de las políticas que les están heredando a las actuales y futuras generaciones altos costos, pobreza, una enorme y creciente deuda y una importante pérdida de competitividad y de oportunidades.
Como conclusión podemos señalar lo siguiente:

  • La política energética actual de Costa Rica, guiada por dogmas y eslóganes vacíos sin estudios técnicos, propicia cada vez un empobrecimiento nacional debido al continuo y masivo drenaje de recursos nacionales. Esta política está generando un alto crecimiento del consumo petrolero importado y una espiral sin fin de enriquecimiento de los países y de las empresas que proveen nuestras enormes y crecientes necesidades de petróleo explorado, producido y refinado en el exterior.
  • Por el contrario, la política energética de países como Noruega, basada en el aprovechamiento sostenible de toda la riqueza nacional, aumenta continuamente esta riqueza para beneficiar a las actuales y futuras generaciones. Con estos recursos, estos países se han convertido en líderes del desarrollo sostenible y del desarrollo humano y son ampliamente reconocidos internacionalmente por su gran responsabilidad económica, social, fiscal y ambiental, por el gran impulso que dan al desarrollo de las energías renovables y por los grandes avances en la transición energética.

Estos países han demostrado de manera contundente que no solamente no es contradictorio aprovechar toda la riqueza nacional para potenciar e impulsar el desarrollo y la transición energética durante las décadas que durará la transición energética en el mundo, sino que también es muy beneficioso. El no hacerlo así más bien obstaculiza el desarrollo, el bienestar nacional, la competitividad, la prosperidad y la misma transición energética.

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