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Amnistía en Nicaragua

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 13 febrero, 2008


Amnistía en Nicaragua

Carlos Denton

Otra vez surge el tema de la amnistía en Nicaragua, ahora buscado por ambos bandos liberales. Tanto los seguidores de Arnoldo Alemán del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y los de Eduardo Montealegre de la Alianza Nacional Liberal (ALN) están promoviendo en la Asamblea Legislativa una ley general de amnistía, que perdonaría a todos los que han ocupado puestos públicos y sus parientes por cualquier malversación, uso incorrecto de los fondos estatales, u otro delito establecido en el código penal vigente.
La última vez que hubo una amnistía general similar fue a principios de la década de 1990, cuando todos los piñateros, usurpadores y otros que metieron “cuchara grande” en los fondos públicos, con sus familiares, fueron perdonados. Daniel Ortega, que maneja en parte la presidencia desde una casa que le fue concedida como parte de la piñata de antaño, se declara hombre comprometido con la probidad en el ejercicio público. Ha dicho que vetará cualquier ley de amnistía que se produzca. Por el momento, Alemán y Montealegre no tienen los votos necesarios en la legislatura para resellar un veto del Poder Ejecutivo.
La situación de Alemán, que actualmente está cumpliendo una sentencia impuesta por los tribunales de su país, es bien conocida. ¿Pero qué pasó con Montealegre? Este es el hombre que se presentó en las pasadas elecciones como el candidato “anti-pacto” y de limpieza en el gobierno. ¿Por qué está él ahora interesado en una amnistía?
Montealegre está acusado de supuestas actuaciones irregulares cuando ocupó el puesto de Ministro de Finanzas, y en especial, con respecto al manejo de la situación de unos bancos quebrados en ese tiempo. El mantiene su inocencia, argumentando que todo es una patraña política, pero no puede ir el caso a los tribunales, porque él disfruta del fuero que aporta la Constitución Política a los legisladores. El no ha renunciado a esa inmunidad, y no hay ambiente en la Asamblea para levantarla.
Están especialmente interesados en la amnistía los del ALN, porque su estrategia este año en la contienda para alcalde de Managua, es presentar a Eduardo Montealegre como su candidato. Esa alcaldía serviría como plataforma para su candidatura presidencial en el futuro. El problema es que los alcaldes no tienen inmunidad, y ocupando Montealegre el puesto de edil en Managua, es probable que Ortega promoviera el juicio que hasta ahora no se ha podido realizar.
El argumento político de los liberales es que si no hay amnistía, están en una situación débil donde puedan ser chantajeados por los sandinistas, y hay algo de cierto en esto, porque el sistema judicial está compuesto por seguidores de Ortega. Entonces ahora los enemigos del pacto y proponentes de la limpieza, sí están dispuestos a dejar Alemán libre, para que Montealegre puede seguir con sus aspiraciones electorales.
Cuando la historia juzgue lo acontecido en Nicaragua de 1990 en adelante, hay una realidad que no se podrá ignorar. Daniel Ortega, derrotado en las elecciones de 1989, logró regresar al poder gracias a la incompetencia absoluta y la diversidad de intereses personales de los así denominados grupos “democráticos” de su país.

cdenton@cidgallup.com

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