Resistencia en Venezuela
| Viernes 28 febrero, 2014
O el Gobierno cambia o el pueblo cambiará de Gobierno, tal como dice Henrique Capriles, excandidato presidencial de la oposición
Resistencia en Venezuela
Venezuela vive sus peores tiempos de represión y persecución.
Millones de venezolanos estamos sumergidos en la más delicada crisis económica y social que se recuerde en tiempos contemporáneos.
La inflación más alta de Latinoamérica (56% en 2013), Caracas la capital más peligrosa del mundo (más de 100 homicidios por cada 100 mil habitantes) y la escasez, tienen a los venezolanos con hambre.
Esta situación ha generado que cientos de miles de ciudadanos hayan salido a las calles de manera pacífica y no violenta por más de dos semanas para exigir un cambio en nuestro país.
La respuesta ante estas protestas por parte del Gobierno ha sido cobarde, cruel y despiadada.
Para el momento que escribo estas líneas, van 14 personas asesinadas, cientos de heridos, un centenar de detenidos y decenas que han denunciado haber sido torturados.
Voluntad Popular, partido político donde milito, fundado hace poco más de cuatro años, ha sufrido la peor arremetida desde los tiempos de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en la década de los años 50.
Solo en cuatro días la sede nacional fue allanada tres veces de manera ilegal, sin ninguna orden, el coordinador nacional, Leopoldo López, está preso, dos miembros de la Dirección Nacional, Carlos Vecchio y Antonio Rivero, tienen orden de captura y varias de las autoridades y dirigentes regionales hemos sido amenazados por los cuerpos de seguridad del Estado.
Ante esta arremetida, los venezolanos hemos respondido con mayor firmeza.
Los jóvenes y estudiantes con protestas simbólicas, las mujeres se han vestido de blanco en plazas y avenidas, y autoridades y representantes de la Mesa de la Unidad Democrática —alianza de partidos de oposición— hemos seguido haciendo un llamado a no abandonar las calles.
Pareciera que esto no tiene vuelta atrás.
O el Gobierno cambia o el pueblo cambiará de Gobierno, tal como dice Henrique Capriles, excandidato presidencial de la oposición.
A esto le teme Nicolás Maduro, quien tiene, además, serias divisiones a lo interno del Gobierno.
Su falta de legitimidad para asumir la presidencia lo hace inseguro y opta por la violencia para mantener el poder, incluso permitiendo a grupos armados, parapoliciales, operar de manera impune.
Con estas manifestaciones, hemos querido desmontar ante la comunidad internacional que en Venezuela no se puede hablar de democracia.
Maduro se jacta de expresar que en Venezuela ha habido 19 elecciones en los últimos 15 años, pero vivir en democracia es más que tener elecciones.
Se trata también de garantizar los derechos humanos y civiles; de poder expresarnos libremente, de tener poderes públicos independientes, de respetar a las minorías y actuar con transparencia en la gestión pública.
Todos estos temas en Venezuela son frágiles o no existen.
Por eso la resistencia en la calle, de manera organizada, pacífica y en todo el país es necesaria si queremos que nuestros hijos nazcan en un país libre.
No podemos adelantarnos en cómo esta situación terminará, pero ya se ha dado el paso inicial de desafiar a un régimen opresor.
David Smolansky Urosa
Alcalde de Hatillo-Caracas