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Enseñar y educar

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 07 agosto, 2012



Reflexiones
Enseñar y educar

He sido profesor universitario por cerca de 20 años y seguramente, lo que voy a plantear pareciera demasiado obvio o de sentido común, pero la reflexión de este día quisiera centrarla en el sentido de lo que hacemos como maestros o profesores y no en el interés utilitarista que cada vez se apropia más de nuestro sistema educativo.
Estamos desgraciadamente convirtiendo a nuestros estudiantes en robots que aprenden y lo peor, a nuestros maestros y profesores en robots que enseñan. Lamentablemente, en un afán innecesario de estandarizar y de homogenizar, hemos empaquetado los conocimientos en segmentos que se parecen más a una línea de producción de una fabrica que a realidades interactivas de aprendizaje que son.
Lo cierto es que buscando la eficiencia y la competitividad de lo que hacemos hemos olvidado lo más importante, cuál es la formación de seres humanos.
Enseñamos si, evaluamos más de la cuenta. Queremos probar que nuestros alumnos repiten como robots lo que el robot del frente quiere que repitan y que el sistema o computadora madre, quiere escuchar que han aprendido nuestros alumnos. Lamentablemente, le ponemos tanto énfasis al evaluar que nos olvidamos de educar. Nos olvidamos con mucho del sentido último del proceso en el que por casualidad o por voluntad nos hemos involucrado, cual es la educación de la nueva generación de costarricenses.
Es por eso que con frecuencia encontramos que lo enseñado se olvida, que nuestros niños y niñas se quejan de lo conductivo, aburrido y cansado de ir a la escuela, colegio o universidad. Queremos sustituir los valores con procedimientos y normas, algo que solo afecta las decisiones, mas no la voluntad de nuestros alumnos.
Educar es la labor esencial a la que deberíamos enfocarnos como forjadores de los ciudadanos del futuro. Ante todo, debemos ser capaces de transmitir entusiasmo, de crear competencias para la vida, el trabajo, la convivencia democrática. Estamos llamados a crear capacidades para aprender a aprender y aprender a divergir, pero sobre todo para aprender a convivir en nuestras diferencias. Queremos que nuestros niños entiendan, comprendan y sobre todo, analicen lo que aprenden de cada lectura, cada autor, cada proceso o práctica vivida en y fuera del aula. Si no volteamos a ver al niño o niña, muchacho o muchacha que educamos y le vemos en su fundamento de ser humano, poco vamos a contribuir a su formación. Olvidémonos por un día de las métricas, las notas y los programas de estudio y miremos en nuestros alumnos como a los seres humanos que son; tal vez eso nos permita reflexionar y mejorar nuestro quehacer como educadores. Seguramente, por mirar lo urgente nos estamos olvidando de lo sustantivo, dele una sonrisa a su clase, abrácelos, demuéstrele que más que robots son parte de una comunidad de aprendizaje y que todos son importantes, estoy seguro que con esta receta no habrá tarea difícil o proceso aburrido. Aprendamos todos a educar más que a enseñar.

Leiner Vargas Alfaro
lavagrecia@gmail.com

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