Vivamos Costa Rica, seamos pura vida
Luis Alarcón Larrazábal ld_alarcon@hotmail.com | Viernes 28 diciembre, 2018
Luego de muchos eventos, llegamos a fin de año.
Agradecidas las vacaciones me fui a los bosques de Prusia en el parque nacional Irazú.
Un lugar como pocos, frío, calor, el bosque húmedo y el paraje rodeado de pinos, todo en uno solo.
Hoy escribo a orillas del río Tempisque viendo aves, iguanas, cocodrilos y vampiros.
Lugares únicos a menos de seis horas en auto, el uno del otro.
Sin presas ni filas interminables como las del aeropuerto Juan Santamaría.
Solo uno de estos lugares mágicos ofrece una decente gastronomía tica, de la mano de una chef joven, alocada pero apasionada; gracias María José Badilla.
Badilla es la pupila del chef Ivonne Reno, quien trabajo años en San Francisco en restaurantes de estrellas Michelin.
Tiene 29 años, 1,61 metros con mucho carácter y manejo de términos excepcional.
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Egresada del Instituto Nacional de Aprendizaje, actualmente es parte del equipo de trabajo de Rancho Humo, reserva privada de 1.069 hectáreas en una de las últimas áreas naturales protegidas de Guanacaste.
Costa Rica es tan única, tan suya y a la vez quiere ser otra, con “fast foods” o gastronomías foráneas que no hacen gala de la majestuosidad, que sí está presente en sus parajes.
Vivamos Costa Rica, seamos pura vida no de la boca para fuera, sino de corazón como diría mi abuela, “de la nariz a la boca”.
La comida llama, vende, une, culturiza y genera una identidad.
Vendamos y vivamos lo nuestro.
Por cierto, hoy de almuerzo, una buena gallina achiotada.
Buen provecho.