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Somos novenos en calidad de vida

Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Viernes 15 marzo, 2013


“Será importante que los frutos del crecimiento económico se compartan de manera más equitativa entre todos”, dijo Yoriko Yasukawa, representante del PNUD en el país.Gerson Vargas/La República


País destaca en desarrollo humano en Latinoamérica

Somos novenos en calidad de vida

Aquí se vive más años que en cualquier país de la región, pero hay más desigualdad

Vivir en Costa Rica representa más que trochas, domingos de fútbol subdesarrollado o calles con huecos. Vivir en Costa Rica significa estar mejor que muchos latinoamericanos.
El nivel de desarrollo humano del país; es decir, tener la opción de una vida larga y saludable, poseer acceso a una educación adecuada y mantener un nivel de vida digno, es relativamente bueno. Tanto así que Costa Rica se ubica de noveno en la región y de segundo en Centroamérica, solo superado por Panamá.
Así se desprende del más reciente Índice de Desarrollo Humano presentado ayer por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el que se señalan cuáles han sido las ventajas y las carencias con que aún cuenta el país.
Entre las ventajas, la primera es la cantidad de años que puede vivir un costarricense. Nacer aquí significa tener la esperanza de no fallecer al menos hasta cumplir los 79 años y medio.
Es la mayor expectativa de Latinoamérica, comparable solo con naciones desarrolladas.
Además, es un indicador en el que se ha venido creciendo. Un recién nacido en la década de 1980 tenía una esperanza de vida de casi siete años menos, que los recién nacidos actuales.
La segunda ventaja tiene que ver con la educación. De cualquier tico que nace se espera que permanezca un mínimo de casi 14 años en un centro educativo, lo cual le da grandes oportunidades de cara al mercado laboral. Hace tres décadas se esperaba de cualquier persona apenas alrededor de diez años en el sistema educativo.
Todo ello genera en lo que representa la tercera ventaja: una mayor calidad de vida que viene acompañada de mejores oportunidades laborales y de salud.
Sin embargo, hay un pero, y tiene que ver con la desigualdad. Aunque hay más oportunidades educativas y económicas, la riqueza no se está distribuyendo con equidad, por lo que se está construyendo una sociedad de ricos cada vez más ricos, y pobres cada vez más pobres.
En este aspecto, el país cayó un 21% en relación con el informe pasado; lo que significa que el trabajo de los políticos está fallando en hacer una sociedad con las mismas oportunidades para todos.
Por ello desde el PNUD exhortan a que se promueva una educación con oportunidades iguales para los jóvenes.

Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net







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