Principios fundamentales de la agilidad en Talento Humano
Amanda Arias Hernández info@360actualizacion.com | Miércoles 07 mayo, 2025

Máster Amanda Arias Hernández
Máster en Gestión del Talento Humano y profesional certificada en Agile HR
¿Qué significa realmente agilidad en el contexto del talento humano?
Para abordar lo anterior, primero debemos entender el concepto y las implicaciones de la agilidad. Este término tiene como propósito generar una transformación acelerada por medio de una serie de valores centrados en la colaboración con el cliente. Además, fomenta organizaciones orientadas al aprendizaje, así como un liderazgo inspiracional y cambios en las diferentes áreas de las instituciones. La agilidad busca responder rápidamente a las dinámicas en los entornos empresariales convulsos para que la empresa se mantenga rentable.
Los procesos ágiles guardan un conjunto de diferencias con las líneas de la gestión corporativa tradicional. Bajo agile hay un enfoque en las personas (internas y externas) y no solo en los procesos, generando un matiz más humano, donde el cliente es el centro de toda la operación y la estrategia. La organización se va convirtiendo en una entidad autogestionada, que empodera y da autonomía plena a sus colaboradores. El desarrollo de valor es incremental e iterativo, lo que significa que hay entregas significativas y constantes a lo largo de los procesos y no únicamente al final. En cualquier etapa del proyecto, el cliente o la parte interesada recibe secciones y resultados útiles para los trabajos. Estos pueden ajustarse sobre la marcha, para cumplir con intereses, objetivos y expectativas.
Ahora, desde el punto de vista de Talento Humano y gracias a la metodología Agile, surgen cambios significativos en los pensamientos y concepciones organizacionales. Por ejemplo, se plantean evoluciones en las estructuras jerárquicas, pasando de modelos empresariales rígidos y complejos a redes de colaboración mucho más dinámicas. Asimismo, se propone que el secretismo no aporta a las organizaciones más que un ambiente de rivalidades, clasificaciones y poco apoyo, en su lugar, se fomenta la transparencia, donde los datos y estadísticas estén al alcance de quienes los necesiten.
Una reforma clave es que ya no se habla de retener el talento como si la persona no tuviera más opción que permanecer en la empresa (aunque así ya no lo quiera), se está tomando conciencia en un concepto más revolucionario, como lo es el término de inspiración. A las personas se les inspira para que ellas por sí mismas decidan, por convicción, seguir en esta empresa y creer en su estrategia y sus acciones, naciendo así un compromiso auténtico.
Estas transformaciones invitan al análisis. La reflexión es clave para entender cómo se aplican las metodologías ágiles en el área de Talento Humano. Es vital implementarlas con coherencia y para ello se plantea que el discurso organizacional esté alineado con sus acciones concretas y recurrentes. El enfoque siempre debe estar en consideración a las personas como núcleo central de la entidad. Resulta contradictorio, por mencionar una situación, decir que se confía en las personas (como lo propone Agile), pero al final del mes, pedir reportes extenuantes de labores. O, querer incentivar la creatividad y la innovación, pero generar descripciones de puestos poco flexibles y adaptativas, que vayan en contra de la autogestión de los equipos.
El rol del talento humano está migrando al siguiente nivel: desempeñar un papel fundamental en el desarrollo integral de la organización. Es por eso que, bajo esta premisa, metodologías empresariales como Agile HR vienen a contribuir y enfocar las acciones para atender a los ámbitos industriales cada vez más competitivos, con una visión más autogestionada y evolucionada.