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¿Por qué no se está descarbonizando la economía nacional? (I)

Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 05 noviembre, 2018


¿Por qué no se está descarbonizando la economía nacional? (I)

La evidencia en el mundo demuestra que los países que están teniendo éxito son aquellos donde se entiende bien la naturaleza de la descarbonización y de la transición energética, las condiciones y las capacidades que se necesitan y la dinámica que se requiere.

En mi columna anterior, titulada “¿Se está descarbonizando la economía nacional?”, quedó demostrado que en el país no solamente la descarbonización no se está dando, sino que además está ocurriendo todo lo contrario. Lo anterior debido a que se está dando un rápido aumento de las emisiones al ambiente como consecuencia del acelerado crecimiento del consumo en el país de petróleo explorado, producido y refinado en el extranjero.

El 1° de setiembre pasado se inauguró un nuevo puerto para recibir barcos petroleros más grandes para poder enfrentar las crecientes importaciones petroleras que realiza el país.

Debido a la falta de acción en el sector energético, no se han creado las condiciones que se requieren para que se lleve a cabo la necesaria transición energética que conduzca a una descarbonización competitiva de la economía nacional.

La pregunta clave es la siguiente: ¿Por qué en Costa Rica no está ocurriendo ninguna descarbonización de la economía? Son varios los factores que están llevando al país a esta cruda realidad, entre los cuales se encuentran los siguientes.

1.        Mal entendimiento de lo que se necesita para que ocurra una transición energética

En el país se dan planteamientos muy simplistas, sin capacidad de ejecutoria y sin entender las complejidades del proceso.

Un estudio publicado en mayo pasado por el Oxford Institute for Energy Studies de la Universidad de Oxford indica, entre otras cosas, que “una estrategia exitosa (de descarbonización y de transición) requiere entender bien la naturaleza de la transición energética”, lo cual no ha ocurrido en Costa Rica.

Este estudio señala también que:

·        “Una transición energética es compleja y va más allá del reemplazo de una fuente de energía por otra. En esencia, la transición energética implica cambios en tres dimensiones interrelacionadas: (i) los elementos tangibles del sistema energético, que incluyen la tecnología, la infraestructura, el mercado, los equipos de producción, los patrones de consumo y las cadenas de distribución; (ii) los actores y su conducta, que incluyen las nuevas estrategias y los patrones de inversión, así como el cambio de las coaliciones y las capacidades de los actores; y (iii) los regímenes socio-técnicos que contienen las regulaciones, las políticas formales y las instituciones, así como la mentalidad y las creencias de la gente y las opiniones sobre la normalidad y las prácticas sociales”.

·        “La transición es multidimensional, compleja, no lineal, no determinista y altamente incierta”, se caracteriza por ser “un proceso de múltiples capas con múltiples actores” y “es el resultado de una amplia interacción entre las tecnologías, las instituciones, la sociedad y los actores”.

2.        Política y planes nacionales de energía ponen en un segundo plano aspectos esenciales para impulsar la transición energética, tales como la eficiencia del sistema y la competitividad de las nuevas fuentes de energía

Sobre este tema, el estudio de la Universidad de Oxford indicado anteriormente señala también lo siguiente:

·        “Los productores de energía deben centrarse constantemente en la eficiencia y el control de costos”.

·        “La energía más eficiente y de bajo costo fomentará nuevos patrones de consumo”.

·        La transición es función de “los efectos combinados de la reducción de los costos y de la preferencia de los consumidores”.

La política energética y los planes nacionales de energía se basan en la creencia errónea de que la transición se puede dar introduciendo energía cara, razón por la cual el tema de la competitividad energética no ha avanzado.

Los costos de la energía renovable que se ofrece en el país son mucho más elevados que los costos de la energía no renovable importada, no obstante que sobre los derivados de petróleo importados pesa una carga tributaria mucho más alta que sobre las fuentes nacionales de energía.

La transición energética y el proceso de descarbonización de la economía nacional no avanzan porque no se han creado las condiciones en el país para que esto ocurra, tales como tener precios competitivos de las fuentes nacionales que deberían sustituir los caros derivados de petróleo importados. Este tema lo he analizado en varias columna anteriores, incluyendo la siguiente: “Competitividad energética: el eslabón perdido de la política económica y social del país”.

3.        Altos costos de las fuentes de energía que se supone deberían impulsar la descarbonización de la economía y la transición energética

Algunas personas creen que la transición energética y la descarbonización de la economía se pueden dar con fuentes caras y no competitivas de energía, lo cual no ha generado ninguna transición en el mundo. Asimismo, se minimizan o se excluyen las fuentes de energía de bajo costo y de bajas emisiones que están liderando e impulsando actualmente la transición energética y la descarbonización de la economía en el mundo (la energía solar y el gas natural).

El aporte de la energía solar en el país es insignificante por las restricciones vigentes y la contribución del gas natural no existe del todo porque la política energética no lo quiere introducir en el país, a pesar de que se convertirá en el futuro en la principal fuente de energía y que destronará al petróleo de su primer lugar en el mundo.

Sobre el tema de los altos costos de la energía, la Cámara de Industrias ha venido llamando la atención en múltiples ocasiones, señalando lo siguiente: “necesitamos tarifas de electricidad más bajas”, “necesitamos energías limpias baratas, no limpias caras, porque nos sacan de competencia”. Lo anterior porque “el industrial debe producir para competir con el mundo y en el mundo, donde las tarifas son mucho más bajas”.

Las solicitudes de aumento de las tarifas eléctricas que están en proceso en la Aresep en nada van a beneficiar la necesaria transición energética hacia una descarbonización progresiva de la economía nacional.

Los medios de comunicación han informado que el “ICE pide 13% de alza en tarifas de luz para 2019 para hacer frente a deuda” y que la “CNFL solicita 24% de alza en electricidad para el 2019 debido al fuerte endeudamiento”. No es así como se va a aumentar el consumo de electricidad producida con fuentes renovables de energía para inducir una descarbonización de la economía.

4.        Falta de competencia entre las fuentes de energía y falta de diversificación energética

La evidencia en el mundo muestra que la competencia entre las fuentes de energía y la diversificación energética son factores claves que impulsan la transición energética y la descarbonización de la economía.

Uno de los más recientes estudios sobre la evolución energética mundial y regional, publicado a finales d de enero pasado y titulado “BP Energy Outlook, 2018 Edition”, señala lo siguiente:

·                 Competencia entre las fuentes de energía: “Estamos viendo una creciente competencia entre las diferentes fuentes de energía, impulsada por los abundantes suministros de energía y las continuas mejoras en la eficiencia energética”.

·                 Diversificación energética: “La mezcla de fuentes de energía (en la matriz energética) prevista para el 2040 será la más diversificada jamás vista”.

Contrario a lo que está pasando en el mundo, en Costa Rica la competencia entre las diferentes fuentes de energía y la diversificación energética no se están dando aquí.

En la siguiente columna se analizarán otros factores adicionales que están evitando que el país avance en la transición energética y en la descarbonización de la economía.



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