Por qué no más impuestos

Jonathan Prendas

Diputado

Nueva República

Nueva República presentó 500 mociones en el Congreso para frenar el impuesto a las casas de lujo que promueve el gobierno. Lo hicimos con la firme convicción de que los costarricenses ya no aguantan más tributos y que los cambios propuestos en ese proyecto afectarán a la clase media.

En la Asamblea, esperan en fila igualmente otras iniciativas que pretenden gravar actividades como los premios a la lotería, el salario escolar o modificar la renta; en todos los casos, nuestra postura es la misma: oposición total a más cargas tributarias.

No se trata de una obstrucción sin sentido. Es evidente que la voracidad fiscal del gobierno tiene como propósito financiar el creciente gasto público, pero también es claro que las propuestas no han considerado a todos los sectores, no sumaron visiones más diversas, más cercanas a la gente y a la sociedad costarricense.

También es indudable que los impuestos tienen un impacto significativo en la reducción de la inversión, que constituye un poderoso motor del crecimiento económico y de la generación de riqueza; en consecuencia, afectan el consumo y el empleo.

Al intentar estrangular más a la gente y al sector privado, el gobierno disminuye los incentivos para aumentar la demanda interna, crear fuentes de trabajo, acumular capital y generar ingresos. Por esa razón, la OCDE señala que los impuestos a las empresas, los personales, al consumo y a la propiedad provocan los impactos más negativos.

Costa Rica posee la carga efectiva de impuestos más alta entre las naciones que integran la OCDE; de acuerdo con las cifras de esa organización, las empresas acaban pagando más de un 43%. El Banco Mundial reseña que la tasa tributaria para las compañías en nuestro país alcanza el 58,3% de las utilidades.

Si se analizan los datos de los impuestos que se pagan en Costa Rica y se comparan con el promedio de la OCDE y de otras naciones, es posible concluir que la estructura tributaria es muy compleja. Existen más de 100 impuestos, aunque solo 4 de ellos recaudan más del 85% del total.

Distintos estudios y especialistas han señalado una y otra vez que los tributos tienen un fuerte recargo en las cargas sociales, hecho que repercute en el sector productivo nacional, lo que en consecuencia tiene efectos negativos sobre la competitividad y el empleo.

Por esas razones, Nueva República propone reducir en un 5% el porcentaje de los impuestos sobre salarios y disminuir el IVA a un 9%, para de esta manera promover el consumo y la reactivación económica que tanto necesita el país. De igual forma, creemos que es imprescindible luchar contra la evasión, la elusión y la mora en los impuestos de renta y ventas, que se estiman en 4,6% del PIB; el monto calculado de la evasión fiscal en ventas rondaría los ₡650 mil millones.

Hay suficientes razones para oponerse a la imposición de más tributos, y para exigir en cambio una mejor administración de los recursos públicos, mayor orden y eficiencia. Esa es nuestra ruta.