Paz para Siria
| Viernes 18 enero, 2013
La comunidad internacional, sin excepciones, debe propiciar la creación del mejor ambiente para que los sirios avancen en la búsqueda de una solución y para que sean ellos mismos quienes encuentren las mejores opciones
Paz para Siria
La amenaza de una guerra nuclear que se origine en el Oriente Medio y que, de seguido, se extienda irremediablemente a través de nuestro planeta es tan real que me ha motivado a tomar una primera iniciativa de paz, desde setiembre de 2012, la que me he permitido presentar ante la comunidad internacional y que conocen todos los gobiernos acreditados en las Naciones Unidas.
Hemos visto que los acontecimientos en Siria se han venido agravando y, por eso, con base en los principios fundamentales del Derecho Internacional me permití hacer un llamado a los ciudadanos sirios para que, sin interferencias externas y con estricto apego al respeto a la soberanía nacional y a la autodeterminación de los pueblos, los pilares que cimientan la base de la vida civilizada de las naciones procedan a un diálogo y a una negociación política que los lleve a sentar la paz para vivir en paz.
Gestiones de carácter internacional no han faltado, originadas en el mismo sistema de las Naciones Unidas, y también llamados a la resolución del conflicto se escuchan en numerosos países, pero queremos insistir en que una solución a la cruenta confrontación en Siria solamente pueden alcanzarla los mismos sirios. Esta es la piedra angular de mi propuesta:
1- Cese del fuego entre las partes
2- Retorno de militares extranjeros que sirvan ambas partes
3- Control del abastecimiento de armas cualquiera que sea su uso y destino
4- Vigilancia de fronteras
5- Verificar el entrenamiento de fuerzas armadas por parte de naciones extranjeras.
Basado en lo anterior personas de buena fe, gente inspirada en los más altos valores y principios fundamentales de la vida humana, deben asumir en Siria la búsqueda de una salida que permita detener el derramamiento de sangre, las pérdidas de vidas humanas, la destrucción material y el retroceso de su nación.
Pero necesitamos abrir este proceso de diálogo, y para empezar, hay que sentar a las partes en una mesa de negociación política. La comunidad internacional, sin excepciones, debe propiciar la creación del mejor ambiente para que los sirios avancen en la búsqueda de una solución y para que sean ellos mismos quienes encuentren las mejores opciones.
Es así que en las últimas semanas he redoblado mis esfuerzos. Mi texto ya se encuentra en conocimiento de los principales actores y mi sincera preocupación no ha pasado desapercibida.
Quiero hacer nuevos llamamientos para que, empezando este año que debe ser venturoso, voces y sobre todo firmes acciones de apoyo a mi propuesta permitan asegurarle una salida de paz al pueblo sirio, garantizarle un ambiente tranquilo a sus vecinos y, sobre todo, seguridades a la Humanidad de que ningún desbordamiento de la crisis conducirá a un holocausto nuclear.
Es hora de tomar acciones efectivas, prontas, equilibradas y de buena fe. Mi llamado va a hacerse escuchar y mi propuesta va a presentarse ante la comunidad internacional, una y otra vez, las veces que sea necesario. Como ciudadano costarricense tengo los méritos para hacerlo y siento confianza de que mi plan es válido porque se origina en una nación que sigue siendo un balcón para la paz mundial.
Me mantengo apegado a las mejores tradiciones y a las voluntades más acreditadas en la historia de Costa Rica. Nuestro Himno Nacional dice: “Vivan siempre el trabajo y la paz”. Este momento es oportuno para llevar estas palabras hasta Oriente Medio.
José Roberto Rodríguez
Diputado, PUSC