Para ver
| Jueves 25 diciembre, 2008
Alegre travesía africana
• Digna secuela de un hito animado de 2005, entretiene gracias a la simpatía de sus personajes
“Madagascar 2”
(“Madagascar: Escape 2 Africa”)
Dirección: Eric Darnell y Tom McGrath. Animación. Duración: 1.29. Origen: Estados Unidos. 2008. Calificación: 7.
Las millonarias recaudaciones acumuladas por la comedia de animación “Madagascar” (2005), impulsaron los estudios Dreamworks a financiar una segunda parte. Digna secuela de su exitosa predecesora, “Madagascar 2” entretiene gracias a las simpatía de sus personajes principales.
Un emocionante prólogo describe la infancia del león Alex, desde que fue secuestrado por cazadores, hasta que se convirtió en la mayor atracción del zoológico de Nueva York. Tras un breve resumen de los eventos relatados en el primer filme, Alex y sus amigos dejan la isla de Madagascar a bordo de un avión destartalado, para tratar de regresar a su casa.
Un accidente los obliga a efectuar un aterrizaje de emergencia en el corazón del continente africano. Aquí, Alex se reúne con sus progenitores; Marty la cebra entra en crisis, al descubrir la existencia de cientos de animales idénticos a él, y Melman la jirafa comprende estar enamorado de Gloria, el hipopótamo. Mientras tanto, los cuatro intrépidos pingüinos asaltan a unos turistas, provocando indirectamente una situación de emergencia general.
La escasa originalidad del argumento es más que comprensible. He aquí un honesto producto comercial, el cual repite inevitablemente el concepto básico del capítulo anterior, para complacer las expectativas del público masivo. Las pocas variaciones, incluyen amplias porciones recicladas de otras películas: las vivencias de Alex y su padre, por ejemplo, le deben mucho a la clásica producción de Disney “El rey león” (1994).
A pesar de esta limitación, la propuesta vale por diferentes razones. Se ha perfeccionado la presentación visual, con gran esmero en la elaboración de los fondos y personajes dotados de increíble expresividad. Además, convence la forma solapada de insertar en la narración algunas moralejas valiosas, las cuales cumplen su función sin convertirse en irritantes sermones. Así, las experiencias de Marty contienen un importante elogio a la diversidad, mientras que el romance entre Melman y Gloria, más allá de sus tímidas implicaciones sexuales, puede ser interpretado como una defensa de la integración racial.
Este ha sido un año caracterizado por varias propuestas notables en el ámbito del cine de animación. La calidad artística de “Madagascar 2” queda achicada, en comparación con “WALL-E”, “Kung-Fu Panda” e incluso “Horton y el mundo de los Quién”. No obstante, como simple pasatiempo familiar, alcanza su objetivo con creces, manteniendo sus promesas de alegría y diversión.
Celebración desvirtuada
• Reina la hipocresía, en esta comedia navideña con actores de primera y un argumento de segunda
“Navidad sin los suegros”
(“Four Christmases”)
Dirección: Seth Gordon. Reparto: Reese Witherspoon, Vince Vaughn, Robert Duvall, Sissy Spacek. Duración: 1.28. Origen: Alemania-EE.UU. 2008. Calificación: 4.
Cada año, sin falta, al llegar diciembre las pantallas mundiales son invadidas por alguna comedia navideña de consumo rápido. Casi todas siguen el mismo patrón negativo, siendo producciones desechables al peor estilo hollywoodense, que desvirtúan el significado de tan querida celebración.
Reina la hipocresía en “Navidad sin los suegros”, operación comercial desabrida, con actores de primera y un argumento de segunda. Mezcla fallida de cinismo y sensiblería, lanza un mensaje edificante, en pro de la unión familiar; sin embargo, para llegar a ello, se burla de los valores tradicionales, evidenciando los vicios de una amplia galería de caracteres detestables.
Sería injusto señalar la inexperiencia del director Seth Gordon como causa de los múltiples desaciertos de la cinta. En realidad, la responsabilidad principal la tiene un equipo de escritores, integrado por Matt Allen, Caleb Wilson, Jon Lucas y Scott Moore. Ellos juntaron sus cerebros para redactar el guion, mas lo único que lograron concretar es una inepta imitación de “La familia de mi novia” (Meet the Parents, 2000), donde se cuadruplica el número de personajes.
Hijos de padres divorciados, los novios Brad y Kate deciden convivir sin contraer matrimonio. En invierno, acostumbran irse de vacaciones a lugares exóticos, inventando excusas para no visitar a sus parientes. Esta vez, debido a un contratiempo, se ven forzados a cumplir con sus obligaciones, participando en cuatro desastrosas reuniones familiares.
Vince Vaughn y sobre todo la ganadora del Oscar, Reese Witherspoon, son artistas sobrecalificados para el modesto tipo de material que tienen a su disposición. Las figuras acartonadas que interpretan, no exigen el menor esfuerzo, lo cual se refleja claramente en la mediocridad de sus desempeños.
Lo mismo dígase de los renombrados actores llamados a encarnar a los padres de los protagonistas: Robert Duvall, Sissy Spacek, Mary Steenburgen y Jon Voight. O no leyeron el libreto, o bien se dejaron seducir por ofertas demasiado tentadoras. Solo así se explica su presencia en una cinta tan pobre como “Navidad sin los suegros”, totalmente privada de chispa y agudeza.
El bajo nivel de la comicidad, queda manifiesto en la escena culminante, cuando un bebé vomita encima de Kate, contagiando a Brad con un ataque de náuseas. Los autores debieron creer que se trata de una idea brillante, pues la retoman al final, cerrando —¿con broche de oro?— una farsa plagada de estereotipos, diálogos insulsos y chistes que no dan risa.
• Digna secuela de un hito animado de 2005, entretiene gracias a la simpatía de sus personajes
“Madagascar 2”
(“Madagascar: Escape 2 Africa”)
Dirección: Eric Darnell y Tom McGrath. Animación. Duración: 1.29. Origen: Estados Unidos. 2008. Calificación: 7.
Las millonarias recaudaciones acumuladas por la comedia de animación “Madagascar” (2005), impulsaron los estudios Dreamworks a financiar una segunda parte. Digna secuela de su exitosa predecesora, “Madagascar 2” entretiene gracias a las simpatía de sus personajes principales.
Un emocionante prólogo describe la infancia del león Alex, desde que fue secuestrado por cazadores, hasta que se convirtió en la mayor atracción del zoológico de Nueva York. Tras un breve resumen de los eventos relatados en el primer filme, Alex y sus amigos dejan la isla de Madagascar a bordo de un avión destartalado, para tratar de regresar a su casa.
Un accidente los obliga a efectuar un aterrizaje de emergencia en el corazón del continente africano. Aquí, Alex se reúne con sus progenitores; Marty la cebra entra en crisis, al descubrir la existencia de cientos de animales idénticos a él, y Melman la jirafa comprende estar enamorado de Gloria, el hipopótamo. Mientras tanto, los cuatro intrépidos pingüinos asaltan a unos turistas, provocando indirectamente una situación de emergencia general.
La escasa originalidad del argumento es más que comprensible. He aquí un honesto producto comercial, el cual repite inevitablemente el concepto básico del capítulo anterior, para complacer las expectativas del público masivo. Las pocas variaciones, incluyen amplias porciones recicladas de otras películas: las vivencias de Alex y su padre, por ejemplo, le deben mucho a la clásica producción de Disney “El rey león” (1994).
A pesar de esta limitación, la propuesta vale por diferentes razones. Se ha perfeccionado la presentación visual, con gran esmero en la elaboración de los fondos y personajes dotados de increíble expresividad. Además, convence la forma solapada de insertar en la narración algunas moralejas valiosas, las cuales cumplen su función sin convertirse en irritantes sermones. Así, las experiencias de Marty contienen un importante elogio a la diversidad, mientras que el romance entre Melman y Gloria, más allá de sus tímidas implicaciones sexuales, puede ser interpretado como una defensa de la integración racial.
Este ha sido un año caracterizado por varias propuestas notables en el ámbito del cine de animación. La calidad artística de “Madagascar 2” queda achicada, en comparación con “WALL-E”, “Kung-Fu Panda” e incluso “Horton y el mundo de los Quién”. No obstante, como simple pasatiempo familiar, alcanza su objetivo con creces, manteniendo sus promesas de alegría y diversión.
Celebración desvirtuada
• Reina la hipocresía, en esta comedia navideña con actores de primera y un argumento de segunda
“Navidad sin los suegros”
(“Four Christmases”)
Dirección: Seth Gordon. Reparto: Reese Witherspoon, Vince Vaughn, Robert Duvall, Sissy Spacek. Duración: 1.28. Origen: Alemania-EE.UU. 2008. Calificación: 4.
Cada año, sin falta, al llegar diciembre las pantallas mundiales son invadidas por alguna comedia navideña de consumo rápido. Casi todas siguen el mismo patrón negativo, siendo producciones desechables al peor estilo hollywoodense, que desvirtúan el significado de tan querida celebración.
Reina la hipocresía en “Navidad sin los suegros”, operación comercial desabrida, con actores de primera y un argumento de segunda. Mezcla fallida de cinismo y sensiblería, lanza un mensaje edificante, en pro de la unión familiar; sin embargo, para llegar a ello, se burla de los valores tradicionales, evidenciando los vicios de una amplia galería de caracteres detestables.
Sería injusto señalar la inexperiencia del director Seth Gordon como causa de los múltiples desaciertos de la cinta. En realidad, la responsabilidad principal la tiene un equipo de escritores, integrado por Matt Allen, Caleb Wilson, Jon Lucas y Scott Moore. Ellos juntaron sus cerebros para redactar el guion, mas lo único que lograron concretar es una inepta imitación de “La familia de mi novia” (Meet the Parents, 2000), donde se cuadruplica el número de personajes.
Hijos de padres divorciados, los novios Brad y Kate deciden convivir sin contraer matrimonio. En invierno, acostumbran irse de vacaciones a lugares exóticos, inventando excusas para no visitar a sus parientes. Esta vez, debido a un contratiempo, se ven forzados a cumplir con sus obligaciones, participando en cuatro desastrosas reuniones familiares.
Vince Vaughn y sobre todo la ganadora del Oscar, Reese Witherspoon, son artistas sobrecalificados para el modesto tipo de material que tienen a su disposición. Las figuras acartonadas que interpretan, no exigen el menor esfuerzo, lo cual se refleja claramente en la mediocridad de sus desempeños.
Lo mismo dígase de los renombrados actores llamados a encarnar a los padres de los protagonistas: Robert Duvall, Sissy Spacek, Mary Steenburgen y Jon Voight. O no leyeron el libreto, o bien se dejaron seducir por ofertas demasiado tentadoras. Solo así se explica su presencia en una cinta tan pobre como “Navidad sin los suegros”, totalmente privada de chispa y agudeza.
El bajo nivel de la comicidad, queda manifiesto en la escena culminante, cuando un bebé vomita encima de Kate, contagiando a Brad con un ataque de náuseas. Los autores debieron creer que se trata de una idea brillante, pues la retoman al final, cerrando —¿con broche de oro?— una farsa plagada de estereotipos, diálogos insulsos y chistes que no dan risa.