Objetivos de la Navidad
| Miércoles 24 diciembre, 2008
Objetivos de la Navidad
El cristianismo interpreta a Dios desde la vida, palabras y obras de Jesús, acepta que Dios es el creador, origen y fin de la vida humana y que su mensaje va mucho más allá de los creyentes.
Hoy el mundo festeja el nacimiento de nuestro Señor, de diferentes maneras: cenas, regalos, fiestas, bebidas. Sin embargo, cabe resaltar que este acontecimiento ha repercutido en la vida de millones de personas, convocando a las familias para encontrarse, compartir la mesa y la fiesta.
Las fiestas de Navidad nos ofrecen la ocasión de expresarnos mutuamente, la amistad y el afecto, los deseos de felicidad y de paz.
En esos días recordamos a los ausentes —sean difuntos o alejados por la distancia—; se hace memoria de tiempos pasados y se procuran olvidar rencillas y tensiones.
También son recordados personas y pueblos de otras naciones en su condición de exiliados, alejados de sus países de origen, encarcelados, huérfanos de todo tipo y, en general, los pobres y marginados. Por estas razones las iglesias, asociaciones y comunidades promueven diversas colectas y gestos caritativos.
Sin embargo, la Navidad nunca fue entendida por todos del mismo modo, ya que semanas antes de su celebración, los grandes almacenes y el comercio en general despliegan toda una gama de productos típicos de esta época entre ellos: juguetes, guirnaldas, vinos, ropa, perfumes, pavos, frutas, etc.
Está claro que uno de los protagonistas más destacados de la Navidad es el consumo, polo opuesto a lo que es estrictamente el espíritu de la misma, porque contrasta grandemente con el humilde nacimiento de nuestro Señor Jesús.
Ante la multiplicidad de significados navideños y de acuerdo a los postulados de la Iglesia, Navidad significa compromiso de Dios con el hombre, o bien, Dios visita a su pueblo, indicando a los cristianos practicantes o no que Dios no permanece al margen de la historia, muy por el contrario, se introduce en la historia humana para sanarla, llenándola de sentido.
Concretamente, viviendo el cristianismo a la luz de la fe en un clima de recogimiento, de paz, cercanía, desprendimiento y amor, en consonancia con la solidaridad, compasión y la fraternidad.
Finalmente, en Navidad todos conmemoramos en nuestras casas el nacimiento del niño Jesús, que nos coloca en el camino para encontrarnos con los demás, que son nuestros hermanos y así poder compartir y sentir la alegría de dar, en vez de recibir.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo
Asociación Salvemos el Río Pacuare
El cristianismo interpreta a Dios desde la vida, palabras y obras de Jesús, acepta que Dios es el creador, origen y fin de la vida humana y que su mensaje va mucho más allá de los creyentes.
Hoy el mundo festeja el nacimiento de nuestro Señor, de diferentes maneras: cenas, regalos, fiestas, bebidas. Sin embargo, cabe resaltar que este acontecimiento ha repercutido en la vida de millones de personas, convocando a las familias para encontrarse, compartir la mesa y la fiesta.
Las fiestas de Navidad nos ofrecen la ocasión de expresarnos mutuamente, la amistad y el afecto, los deseos de felicidad y de paz.
En esos días recordamos a los ausentes —sean difuntos o alejados por la distancia—; se hace memoria de tiempos pasados y se procuran olvidar rencillas y tensiones.
También son recordados personas y pueblos de otras naciones en su condición de exiliados, alejados de sus países de origen, encarcelados, huérfanos de todo tipo y, en general, los pobres y marginados. Por estas razones las iglesias, asociaciones y comunidades promueven diversas colectas y gestos caritativos.
Sin embargo, la Navidad nunca fue entendida por todos del mismo modo, ya que semanas antes de su celebración, los grandes almacenes y el comercio en general despliegan toda una gama de productos típicos de esta época entre ellos: juguetes, guirnaldas, vinos, ropa, perfumes, pavos, frutas, etc.
Está claro que uno de los protagonistas más destacados de la Navidad es el consumo, polo opuesto a lo que es estrictamente el espíritu de la misma, porque contrasta grandemente con el humilde nacimiento de nuestro Señor Jesús.
Ante la multiplicidad de significados navideños y de acuerdo a los postulados de la Iglesia, Navidad significa compromiso de Dios con el hombre, o bien, Dios visita a su pueblo, indicando a los cristianos practicantes o no que Dios no permanece al margen de la historia, muy por el contrario, se introduce en la historia humana para sanarla, llenándola de sentido.
Concretamente, viviendo el cristianismo a la luz de la fe en un clima de recogimiento, de paz, cercanía, desprendimiento y amor, en consonancia con la solidaridad, compasión y la fraternidad.
Finalmente, en Navidad todos conmemoramos en nuestras casas el nacimiento del niño Jesús, que nos coloca en el camino para encontrarnos con los demás, que son nuestros hermanos y así poder compartir y sentir la alegría de dar, en vez de recibir.
Luis Fernando Allen Forbes
Director ejecutivo
Asociación Salvemos el Río Pacuare