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Los mojitos de Fred

Tomas Nassar tnassar@nassarabogados.com | Jueves 28 agosto, 2008


VERICUETOS
Los mojitos de Fred

Tomás Nassar

Fred Blaser, el presidente ejecutivo de este diario, recomendó en la edición del pasado martes a quien resulte presidente electo de Estados Unidos, que se siente a disfrutar de un happy hour con Hugo Chávez, es decir, que reconduzca la política de Estado con respecto a Latinoamérica por la vía del diálogo y la concertación, lo que incluye, por qué no, compartir unos solidarios mojitos internacionalistas hechos con buen ron nicaragüense, azúcar cubano y yerbabuena del altiplano boliviano.
Este abogado y periodista canadiense venido a regente de periódico en Tiquicia, con quien conversar, de lo que sea, es un gusto que vale la pena darse de cuando en cuando, parte de la convicción de que para estar guindando mejor caerse y dado que Hugo estará ahí, parece, hasta el final de los tiempos, el nuevo jefe de Washington bien haría con tomarlo en cuenta.
También es cierto que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, pero todo parece indicar que al mejor estilo del maestro antillano, Chávez verá pasar, uno tras otro, inquilino tras inquilino de la Casa Blanca, sin despeinarse o, como quien dice, sin verla venir ni hablar con ella.
No veo a Mc sentado en el malecón con el jefe bolivariano compartiendo ni mojitos ni hamburguesas. A ciencia cierta, parece que los miembros del partido del elefante fueron a la misma escuela que la Miss South Carolina aquella, que en medio concurso de Miss America dio tanto que hablar por sus conocimientos de geografía, es decir, que no tienen ni la más (eso) idea de donde queda América Latina o el Caribe y que piensan que el planeta está compuesto por un inmenso territorio al norte de este hemisferio y por un montón de paisitos de nombre impronunciable poblados de beduinos arreando camellos llenos de explosivos a los que hay que eliminar antes que tales dromedarios les estallen en sus propias narices. Y por supuesto, que todos los problemas se resuelven si se construye un gran muro por donde no pasen los mexicanos, o sea, todos los pobres, sucios y vagabundos y que viven desde la Patagonia hasta el río Bravo. Guácala.
Pero si el senador Obama logra culminar el milagro americano, es decir, si allá arriba oyen las súplicas de 6 mil millones de almas que no quieren más guerras santas, ni muertes diabólicas, será muy posible que Fred tenga que ponerse con las bocas porque pareciera que happy hour sí habrá. Ya dijo el candidato demócrata que hablará con todos y con todas, lo que puede querer decir que este fue a otra escuela donde el mapamundi no estaba recortado.
Claro que como van las cosas y después del lunes pasado en que Mel Zelaya se declaró izquierdista y se montó en la bicicleta del ALBA, después de que Alvaro Colom pidió campo para Guatemala, y si como las encuestas dicen, el furibundo Farabundo gana las próximas elecciones en El Salvador, parece que habrá que traer más sillas, porque el pobre de Barack se las tendrá que medir solo contra un montón. Y es que si por la víspera se saca el día, solo unos cuantos de nuestros países no han caído fulminados al embrujo de los nuevos petro-dólares que ahora son rojos, hablan español y corren como ríos por las patrias bolivarianas, aunque a los pobres no les lleguen más que en la propaganda oficial.
Fred, jalate unas sillitas y trae más mojitos que la cosa se pone fea.

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