La pérdida de valores en la sociedad costarricense
| Jueves 31 enero, 2008
La pérdida de valores en la sociedad costarricense
Se siente, con cierto pesar, la cada vez más notable pérdida de valores en nuestro país.
Se da una serie de situaciones que reflejan esta realidad, como el deseo de muchos de obtener recursos lo mas fácil y rápido posible, la falta de solidaridad de los costarricenses, la corrupción que subsiste en el sector público y privado.
Un elemento sustancial se refiere a que la pérdida de valores se ha dado de manera continuada, donde en épocas anteriores valores como la honestidad, integridad y respecto a los demás, eran el norte que guiaba el accionar de los costarricenses. Es bueno recordar lo que se aplicaba en otras épocas “de dar su palabra de honor o pacto de caballeros”, era de obligatorio cumplimiento al realizar negocios u otras actividades, si no, se dejaba de ser persona honorable.
Actualmente, más bien predominan los antivalores como “hacerse rico sin trabajar mucho”, “No importan los medios para lograr los fines” y “la poca transparencia en las actuaciones de las personas”.
Nos hemos acostumbrados a problemas de corrupción, de inseguridad ciudadana y a ser menos solidarios.
El desarrollo social y económico actual exige hoy más que nunca de las instituciones responsables de la formación de personas, una respuesta oportuna y proactiva, porque debemos seguir creyendo que hay esperanza, que se pueden generar los cambios desde el seno mismo de la familia, de la escuela y por ende de la sociedad.
El proceso de construcción de una sociedad con elevados valores, se puede llevar a cabo en la medida en que cada la sociedad como un todo sea mas solidaria y transparente.
La sociedad costarricense podrá mejorar significativamente en la medida que se cultiven los valores, especialmente aquellos que procuran el respeto del ser humano. En esencia, debemos educar para desarrollar un ser que se respete a sí mismo, a los demás y a la naturaleza y que tenga valores espirituales.
El sistema educativo debe cambiar cualitativamente, ser más exigente, brindar una educación integral, propiciar la vuelta a los valores esenciales de respeto, responsabilidad personal, honestidad, dignidad.
He citado en primera instancia aspectos como los valores y los principios éticos y morales, porque considero fundamental el papel que debe jugar la Educación, para que, siendo más proactiva por parte del Ministerio de Educación Pública, de los educadores y con el apoyo del núcleo familiar propicie una cultura de valores como la honradez, integridad y transparencia que guíen a Costa Rica por un rumbo que propicie la solidaridad, el desarrollo económico y la protección y sostenibilidad del medio ambiente.
Es bueno tener presente lo que pensaba el recordado papa Juan Pablo II en el sentido de que la mayor amenaza de las sociedades de hoy no viene de quienes quieren destruirla, sino de la pérdida de unos valores, que siendo cristianos, son valores universales.
Lic. Bernal Monge Pacheco
Consultor Externo
Se siente, con cierto pesar, la cada vez más notable pérdida de valores en nuestro país.
Se da una serie de situaciones que reflejan esta realidad, como el deseo de muchos de obtener recursos lo mas fácil y rápido posible, la falta de solidaridad de los costarricenses, la corrupción que subsiste en el sector público y privado.
Un elemento sustancial se refiere a que la pérdida de valores se ha dado de manera continuada, donde en épocas anteriores valores como la honestidad, integridad y respecto a los demás, eran el norte que guiaba el accionar de los costarricenses. Es bueno recordar lo que se aplicaba en otras épocas “de dar su palabra de honor o pacto de caballeros”, era de obligatorio cumplimiento al realizar negocios u otras actividades, si no, se dejaba de ser persona honorable.
Actualmente, más bien predominan los antivalores como “hacerse rico sin trabajar mucho”, “No importan los medios para lograr los fines” y “la poca transparencia en las actuaciones de las personas”.
Nos hemos acostumbrados a problemas de corrupción, de inseguridad ciudadana y a ser menos solidarios.
El desarrollo social y económico actual exige hoy más que nunca de las instituciones responsables de la formación de personas, una respuesta oportuna y proactiva, porque debemos seguir creyendo que hay esperanza, que se pueden generar los cambios desde el seno mismo de la familia, de la escuela y por ende de la sociedad.
El proceso de construcción de una sociedad con elevados valores, se puede llevar a cabo en la medida en que cada la sociedad como un todo sea mas solidaria y transparente.
La sociedad costarricense podrá mejorar significativamente en la medida que se cultiven los valores, especialmente aquellos que procuran el respeto del ser humano. En esencia, debemos educar para desarrollar un ser que se respete a sí mismo, a los demás y a la naturaleza y que tenga valores espirituales.
El sistema educativo debe cambiar cualitativamente, ser más exigente, brindar una educación integral, propiciar la vuelta a los valores esenciales de respeto, responsabilidad personal, honestidad, dignidad.
He citado en primera instancia aspectos como los valores y los principios éticos y morales, porque considero fundamental el papel que debe jugar la Educación, para que, siendo más proactiva por parte del Ministerio de Educación Pública, de los educadores y con el apoyo del núcleo familiar propicie una cultura de valores como la honradez, integridad y transparencia que guíen a Costa Rica por un rumbo que propicie la solidaridad, el desarrollo económico y la protección y sostenibilidad del medio ambiente.
Es bueno tener presente lo que pensaba el recordado papa Juan Pablo II en el sentido de que la mayor amenaza de las sociedades de hoy no viene de quienes quieren destruirla, sino de la pérdida de unos valores, que siendo cristianos, son valores universales.
Lic. Bernal Monge Pacheco
Consultor Externo