La grandeza de Dios y de sus criaturas
| Martes 07 abril, 2009
La grandeza de Dios y de sus criaturas
Del 27 al 30 de marzo de este año tuve el privilegio de visitar por tercera vez Chirripó, esta vez por el Paso de los Indios y el Cerro Urán. Fue una extraordinaria ocasión para poderme admirar ante la grandiosidad de la obra de Dios: en la naturaleza y en las personas.
En días despejados de nuestra época seca, pude contemplar desde las cumbres más altas de Costa Rica, la vida vibrante de los bosques de robles y encinos de altura, la majestuosidad de las filas de montañas y sus valles hacia el Caribe y hacia el Pacífico, el páramo y sus lagunas fruto del deshiele, las rocas y lajas quebradas de los picos y las crestas de nuestros montes.
Pude disfrutar tanta belleza gracias al apoyo y compañía de personas vecinas de San Gerardo y Herradura de Pérez Zeledón, quienes encarnan los mejores atributos con los que Dios dotó al hombre y a la mujer hechos a su semejanza. Rodolfo Elizondo y su esposa Norma, Oldemar, Fernando, Arsenio y Luis nos acompañaron.
Ellos son integrantes de la Asociación de Arrieros de San Gerardo, y de la Asociación de Desarrollo de Herradura. Nos guiaron por cuatro días y ayudaron en las caminatas, nos prepararon ricos platos de nuestra cocina campesina, y sobre todo nos abrieron sus corazones contándonos en las oscuras noches a la luz de unas candelas y al amparo del calor del fogón, sus vidas, experiencias, alegrías y frustraciones, su amor y compromiso con la defensa de la naturaleza. Ellos son propietarios de fincas colindantes con el Parque de Chirripó que forman parte del programa de pagos por servicios ambientales para restaurar el bosque talado por la generación anterior.
La Asociación de Arrieros de San Gerardo ha venido haciendo posible que costarricenses y turistas visitemos Chirripó. Las magníficas instalaciones del Albergue de Crestones son accesibles al visitante con mayor facilidad gracias a sus servicios de acarreo de equipajes y comidas, preparación de alimentos y guía en las caminatas. El Parque Nacional Chirripó cuenta con muy pocos guardaparques, y sus tareas deben ser las de protección del parque y facilitación de las investigaciones. Sin el apoyo de estos vecinos del parque debidamente organizados, muy pobre y difícil sería la visitación.
Hace tres años, cuando había visitado Crestones la última vez, podía allí conseguir una gaseosa, o alquilar una cobija o un saco de dormir, o suvenires de la gira. Ahora no.
El contrato de concesión para estos servicios para la Asociación de Arrieros ha sido impugnado. ¡Les han indicado que se tardará cinco años en volver a tener una concesión!
Mientras tanto se les restringe el número de caballos que pueden subir al albergue, lo cual es lógico para no destruir los senderos, pero no se negocia con ellos para que asegurando su mantenimiento ese número pueda ser mayor y así se pueda atender a visitantes y generar recursos para los vecinos del parque, con menor maltrato para la espalda de los arrieros.
Estos esforzados compatriotas construyeron el nuevo Albergue de Urán con ayuda de empresas privadas para la movilización en helicóptero de los materiales. Sin embargo quienes con capacidad de un mayor esfuerzo y deseo de una mayor aventura quieren hoy hacer uso de esa ruta no lo pueden hacer, pues no se les ha otorgado aún la concesión o el permiso para prestar el servicio.
Algunos han cuestionado estas concesiones alegando que se trata de formas solapadas de privatizar los parques. ¡Válganos Dios!
El Sistema Nacional de Areas de Conservación no tiene ni vocación, ni capacidad, para prestar estos servicios. Y debe buscarse la participación de privados que los brinden. En vez de licitar para que gane la concesión quien pague más, lo que se debe buscar es maximizar la utilidad de los vecinos del parque mediante la adjudicación a ellos de la concesión para prestar estos servicios, para que sean ellos los principales interesados en la defensa de ese recurso natural.
Hago una instancia pública al Presidente de la República, a los ministros de Turismo y de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones para que se interesen en este caso. Localizado y pequeño dirán algunos. Se trata de proteger la grandiosidad del Chirripó y la nobleza de sus vecinos, digo yo.
Miguel Angel Rodríguez E.
Ex Presidente de la República
Ex Secretario General de la OEA
Del 27 al 30 de marzo de este año tuve el privilegio de visitar por tercera vez Chirripó, esta vez por el Paso de los Indios y el Cerro Urán. Fue una extraordinaria ocasión para poderme admirar ante la grandiosidad de la obra de Dios: en la naturaleza y en las personas.
En días despejados de nuestra época seca, pude contemplar desde las cumbres más altas de Costa Rica, la vida vibrante de los bosques de robles y encinos de altura, la majestuosidad de las filas de montañas y sus valles hacia el Caribe y hacia el Pacífico, el páramo y sus lagunas fruto del deshiele, las rocas y lajas quebradas de los picos y las crestas de nuestros montes.
Pude disfrutar tanta belleza gracias al apoyo y compañía de personas vecinas de San Gerardo y Herradura de Pérez Zeledón, quienes encarnan los mejores atributos con los que Dios dotó al hombre y a la mujer hechos a su semejanza. Rodolfo Elizondo y su esposa Norma, Oldemar, Fernando, Arsenio y Luis nos acompañaron.
Ellos son integrantes de la Asociación de Arrieros de San Gerardo, y de la Asociación de Desarrollo de Herradura. Nos guiaron por cuatro días y ayudaron en las caminatas, nos prepararon ricos platos de nuestra cocina campesina, y sobre todo nos abrieron sus corazones contándonos en las oscuras noches a la luz de unas candelas y al amparo del calor del fogón, sus vidas, experiencias, alegrías y frustraciones, su amor y compromiso con la defensa de la naturaleza. Ellos son propietarios de fincas colindantes con el Parque de Chirripó que forman parte del programa de pagos por servicios ambientales para restaurar el bosque talado por la generación anterior.
La Asociación de Arrieros de San Gerardo ha venido haciendo posible que costarricenses y turistas visitemos Chirripó. Las magníficas instalaciones del Albergue de Crestones son accesibles al visitante con mayor facilidad gracias a sus servicios de acarreo de equipajes y comidas, preparación de alimentos y guía en las caminatas. El Parque Nacional Chirripó cuenta con muy pocos guardaparques, y sus tareas deben ser las de protección del parque y facilitación de las investigaciones. Sin el apoyo de estos vecinos del parque debidamente organizados, muy pobre y difícil sería la visitación.
Hace tres años, cuando había visitado Crestones la última vez, podía allí conseguir una gaseosa, o alquilar una cobija o un saco de dormir, o suvenires de la gira. Ahora no.
El contrato de concesión para estos servicios para la Asociación de Arrieros ha sido impugnado. ¡Les han indicado que se tardará cinco años en volver a tener una concesión!
Mientras tanto se les restringe el número de caballos que pueden subir al albergue, lo cual es lógico para no destruir los senderos, pero no se negocia con ellos para que asegurando su mantenimiento ese número pueda ser mayor y así se pueda atender a visitantes y generar recursos para los vecinos del parque, con menor maltrato para la espalda de los arrieros.
Estos esforzados compatriotas construyeron el nuevo Albergue de Urán con ayuda de empresas privadas para la movilización en helicóptero de los materiales. Sin embargo quienes con capacidad de un mayor esfuerzo y deseo de una mayor aventura quieren hoy hacer uso de esa ruta no lo pueden hacer, pues no se les ha otorgado aún la concesión o el permiso para prestar el servicio.
Algunos han cuestionado estas concesiones alegando que se trata de formas solapadas de privatizar los parques. ¡Válganos Dios!
El Sistema Nacional de Areas de Conservación no tiene ni vocación, ni capacidad, para prestar estos servicios. Y debe buscarse la participación de privados que los brinden. En vez de licitar para que gane la concesión quien pague más, lo que se debe buscar es maximizar la utilidad de los vecinos del parque mediante la adjudicación a ellos de la concesión para prestar estos servicios, para que sean ellos los principales interesados en la defensa de ese recurso natural.
Hago una instancia pública al Presidente de la República, a los ministros de Turismo y de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones para que se interesen en este caso. Localizado y pequeño dirán algunos. Se trata de proteger la grandiosidad del Chirripó y la nobleza de sus vecinos, digo yo.
Miguel Angel Rodríguez E.
Ex Presidente de la República
Ex Secretario General de la OEA