La fortaleza de Saprissa se construye sobre cinco jugadores

Analizar al Saprissa de Walter Centeno, de nuevo clasificado a semifinales y fuerte candidato al título del Clausura, nos remite de nuevo a la anécdota que narra Erick Lonnis de sus tiempos como portero del equipo morado.

Cada ocasión en que un ataque del rival del Monstruo terminaba en los guantes de Erick y el portero se disponía a hacer un saque largo de pierna para montar un contraataque, el Paté Centeno cerca del área le pedía a Lonnis el balón para construir él la acción ofensiva. Erick le decía: “¿cómo te voy a dar la pelota si estás con tres rivales presionándote?”.

“Démela, démela, no tenga miedo”, le gritaba Centeno a su guardameta.

Hoy sabemos que esta es la filosofía de juego del técnico morado, desde que debutó como estratega exitosamente al mando de Grecia.

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Tipo de fútbol arriesgado, que Centeno sostiene, mantiene y construye a pesar de algunos resultados negativos de Saprissa, que les permitieron a sus críticos afirmar que los rivales del Monstruo tenían estudiada la estrategia de Paté.

En el cierre de la etapa de clasificación y urgido de resultados positivos para amarrarla, Saprissa en algunos compromisos se vio obligado a variar el estilo de fútbol que gusta e impone su técnico y observamos a un Monstruo saltarse la cintura con un fútbol más largo y abierto, sobre todo cuando Michael Barrantes jugó de volante y en defensa se unieron Aubrey David, Alejandro Cabral o Jaikel Medina.

Pero, si Saprissa anuncia en su alineación estelar a Barrantes como defensa central, ese es el aviso de Centeno de que su equipo va a jugar a su estilo, porque Michael es el primer integrante táctico del quinteto que sostiene y le da vida al Monstruo.

Saprissa construye su vistoso fútbol sobre cinco de sus principales figuras: Michael Barrantes, Mariano Torres, Christian Bolaños, Randall Leal y Johan Venegas. Forman el quinteto estelar de ese Saprissa que pretende jugar un bonito fútbol, que impere el toque, el pase corto, la inteligencia en el servicio.

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Un peldaño más abajo del quinteto estelar ubicaríamos a Aubrey David y a Marvin Angulo y luego otros cuatro jugadores que son el portero (Cruz-Briceño), los defensas carrileros (Blanco, Mora, Hernández, Stwart) y el centro delantero (Castillo-Arrieta).

No deja de ser interesante analizar cómo en una formación normal hoy de Saprissa Randall Leal no sea titular, a pesar de formar parte del quinteto de los “magníficos”.

Centeno gusta de línea de cuatro en defensa, cuatro mediocampistas que integran la zona más fuerte del equipo: Bolaños, Angulo, Torres, Golobio o Guzmán y Venegas a la espalda de Jairo o Rubilio.

Es un 4-4-1-1 que cobra vida cuando Leal entra usualmente como la primera variante del Paté.

El Monstruo sale jugando con Barrantes, quien pasa a Mariano Torres, el cerebro morado en la medular. Este sostiene la pelota, da pausa y observa si monta la ofensiva por el flanco derecho o por el otro costado.

A la derecha, muy abierto se instala Christian Bolaños, tan inteligente como Torres y a la izquierda se ubica Johan Venegas, un futbolista muy táctico que lo hace apetecido por sus entrenadores de turno.

El cuarteto de arquitectos del buen fútbol se fortalece cuando ingresa Leal, compañero tan creativo y técnico como ellos, pero mucho más picante y vertical a la hora de atacar.

Marvin Angulo, Juan Gabriel Guzmán, Juan Bustos Golobio, Jairo Arrieta y Rubilio Castillo, bailan todos al son que impone la música de ese quinteto, base del éxito morado.

En las semifinales, de nuevo dirigirán la orquesta del Paté y los cinco dirán: “Démela, démela, no tenga miedo”.

Alineación estelar

Formación de Saprissa preferida del Paté

Portero Aarón Cruz

Defensas Ricardo Blanco, Aubrey David, Michael Barrantes, Luis José Hernández

Medios Marvin Angulo, Christian Bolaños, Juan Bustos Golobio, Mariano Torres

Delanteros Johan Venegas, Rubilio Castillo

Primera variante Randall Leal