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Farruquito: “Moriré aprendiendo”

Carolina Barrantes redaccion@larepublica.net | Viernes 07 noviembre, 2014


Farruquito vendrá acompañado por un guitarrista y un cantaor. Cortesía Interamericana de Producciones/La República


ENTREVISTA

Farruquito: “Moriré aprendiendo”

El bailaor español mostrará su talento 100% puro sobre el escenario del Teatro Nacional

El bailaor español Juan Manuel Fernández Montoya, más conocido como “Farruquito”, mostrará a los costarricenses su talento 100% puro sobre el escenario del Teatro Nacional.

El español conversó con Magazine sobre el espectáculo “Improvisao” que traerá al país, en el que crea su baile en tiempo real acompañado por un bailaor y un guitarrista.

Vuelve al país luego de dos años con Improvisao, ¿qué puede adelantar del espectáculo?
Voy con un espectáculo totalmente distinto; en mi anterior visita a Costa Rica llevé “Abolengo”, que es un espectáculo en el que yo compartía con una bailaora Karime Amaya, sobrina nieta de Carmen Amaya, conservador de flamenco y al mismo tiempo de una pareja de baile en el escenario, que hace mucho tiempo no se veía.
En este espectáculo no llevo bailaora, voy solo bailando con una formación de guitarra, baile y cante, totalmente tradicional, y al mismo tiempo es un montaje que al ser totalmente improvisado no sabemos lo que va a pasar en la noche, va a surgir algo diferente, con una pequeña estructura para llevar una guía, pero el resto es nuevo.
Es un espectáculo al que hay que tenerle mucho respeto porque es una responsabilidad de ver qué sale cada noche y al mismo tiempo, que me da la libertad casi total de expresar lo que siento en el momento.

Precisamente usted improvisa un poco en cada montaje, pero al ser este 100% improvisado, ¿cree que es el más arriesgado que ha propuesto?
Sí, siempre he sido una persona de improvisar, no poco, mucho, porque aprendí a bailar así del maestro Farruco, que era mi abuelo, y la base de su baile era la improvisación.

• ¿Le da temor expresarse 100% abierto ante los amantes del flamenco?
No, al flamenco hay que tenerle respeto pero no se le puede tener temor al escenario, porque sino no te puedes expresar tal como eres, y se trata de eso.
El flamenco es algo muy difícil, hay que estar pendiente cada día de por lo menos vivir un rato de flamenco cada día para que esté presente en tu vida, yo no concibo un flamenco que solo sea flamenco cuando baila; entonces al momento de empezar un espectáculo así, lo que te despierta en mucho respeto porque quieres dar lo mejor de ti al público, que siempre se lo merece, pero al mismo tiempo, tienes la tranquilidad de que como no tienes nada montado, el día que estés más cansado o menos cansado, pues puedes hacerlo.

¿Qué lo motivó a hacer este nuevo montaje?
Me motivaron los tiempos que corren ahora mismo, que son tiempos de hacer espectáculos muy meticulosos, con todo demasiado preparado para mi gusto; yo cada vez que veía un espectáculo siempre me iba con las ganas de ver al artista saltarse el guion, romper el esquema, entonces yo dije: “¿Por qué no lo hago yo y al mismo tiempo me sirve para aprender?”
Yo también he caído en espectáculos a veces más montados, no del todo 100%. La necesidad entonces parte de ahí, de seguir aprendiendo, o sea con los recursos que yo tengo, yo debo saber bailar cada día de una forma diferente, con lo que me toque, y estar más concentrado. El crear una coreografía en tiempo real, con una musicalidad, la percusión de los pies, eso me aporta muchísimas cosas que no me aportan otros espectáculos.

¿Qué es lo que más recuerda de su anterior visita al país en 2012?
Me llamó mucho la atención que el público ahí entiende más (el flamenco) de lo que yo esperaba. No es un público que aplaude cualquier cosa, no está solo esperando el paso como yo digo del triple mortal, el paso con una percusión muy rápida, a una velocidad vertiginosa, y cuando terminas todo el mundo aplaude. En Costa Rica no.
Me sorprendí porque vi un público que aplaudía solo con un gesto o con un detalle de cante, o con un detalle de conexión entre el cantaor, el guitarrista y el bailaor. Eso me llamó la atención porque para eso tener una afición, una sensibilidad muy bonita, por lo tanto tengo muchas ganas de ir ahí otra vez, porque la verdad me hicieron pasarla muy bien en el escenario.

¿Qué le queda por hacer como bailaor?
Muchísimas cosas. Este mundo del flamenco, del baile y del arte, es un mundo pequeño afortunadamente, sin embargo, yo pienso que si una persona dice que ya lo sabe todo o casi todo en esta profesión, es una de las que menos sabe de ella.
Es que ¿quién se lo sabe todo de un arte? Es imposible. Por mucha experiencia que tenga, yo soy joven, solo tengo 32 años, que en el flamenco es como ser un recién nacido, a lo mejor en otras profesiones no, sin embargo, nosotros empezamos a aprender ahora con más madurez, cómo queremos mostrarnos en el escenario, es algo muy maravilloso. Siempre lo digo, soy una persona que moriré aprendiendo.

Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
@cbarrantesLR







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