Falta de representación femenina persiste en la industria de la ciberseguridad: Jazmín Lobo, Sofistic

Por años se ha encasillado al profesional de la ciberseguridad como predominantemente masculino, percepción que puede desalentar a las mujeres a considerar carreras en este ámbito, generando como resultado que persista la desigualdad de género y la falta de representación femenina en la industria.

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Para cerrar la brecha se requieren acciones concretas por parte de gobierno, empresa privada, los hogares y la academia para colaborar en conjunto, siendo que la formación y el involucramiento de las mujeres en dicho campo debe generarse de forma integral, opina Jazmín Lobo, country manager de la firma Sofistic y miembro de Cybersec Cluster.

¿Cuál es la realidad a nivel formativo y empresarial del involucramiento de mujeres en esta área?

Hay que romper la barrera del prejuicio de que las áreas de tecnología no tienen espacio para el talento y la destreza femenina. De las 500 empresas del ranking Fortune 500 de Cybersecurity Ventures en donde hay igual número de CISOs o directores de Seguridad de la Información, solo el 17 % son mujeres.

La mayoría de las mujeres que trabajan en este campo afirman haber sufrido discriminación de género. En este sentido, un 87% de las entrevistadas declaró haber sufrido discriminación, mientras que un 29% señalaron reacciones exageradas a los errores, según una investigación de (ISC)² realizada en 2022.

Por otra parte, el mismo informe indica que este flagelo también se refleja en la disparidad salarial, por cuanto el 32% de los varones que trabajan en ciberseguridad tienen un ingreso anual promedio entre $50 mil y $100 mil, mientras que solo el 18% de las mujeres tienen el mismo ingreso.

¿Podría la formación en ciberseguridad ayudar a reducir el desempleo en mujeres, considerando la demanda de profesionales en esta área?

Absolutamente. Del 2021 al 2022 hubo un crecimiento en plazas de ciberseguridad del 11,1% lo que representa 464 mil personas empleadas a nivel mundial en esta materia. Sin embargo, la necesidad de especialistas es de más del doble alrededor de un 26,1%, por lo que se vislumbra una gran oportunidad para mujeres, grupos de minorías étnicas y grupos vulnerables.

Desde temprana edad, hay que hablarles a ellas de las oportunidades que hay en estas carreras, promoviéndoles que participen en programas de formación en STEM, hackáthones y concursos organizados por gobiernos y empresas, empoderándolas y despertando el interés en estos temas.

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Así también, es muy importante la forma como la academia invita a potenciales estudiantes a sus carreras, o las técnicas utilizadas por los reclutadores cuando publican posiciones para roles técnicos; con esto me refiero a aspectos desde el lenguaje inclusivo hasta las oportunidades de capacitación general que se ofrecen y las posibilidades de crecimiento dentro de las organizaciones.

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