Fabricio Alvarado: “Es una buena señal que Rodrigo Chaves denuncie la grave crisis fiscal que heredó el PAC”

La nefasta política fiscal de los últimos años que heredó el PAC al gobierno de Rodrigo Chaves, no puede desaparecer de la noche a la mañana y por ello, Fabricio Alvarado, jefe de fracción de Nueva República, le da el beneficio de la duda al nuevo mandatario.

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A pocos días de cumplir 100 días al frente de Costa Rica, Chaves no ha dado a conocer cuál será su plan para atender el déficit, aunque sí ha dejado claro que los eurobonos son más que necesarios para atender las necesidades del gobierno y no generar mayor presión en el mercado local.

Alvarado, está dispuesto a ayudar al Presidente, siempre y cuando haya control del gasto.

¿Existe una ruta clara por parte del gobierno en materia fiscal y de gestión de la deuda?

Es muy temprano para definir si el gobierno tiene clara esa ruta, dada la magnitud de la crisis fiscal y la complejidad inherente al diseño de una estrategia de política que permita sortear la crisis y, eventualmente, superarla.

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Sin embargo, a partir del hecho evidente de que el gobierno apenas si se acomoda en sus oficinas, vemos como una buena señal el reconocimiento de la grave crisis que nos heredó la nefasta política fiscal de los últimos años, que se manifiesta en su marcado interés por acceder a los eurobonos para iniciar un proceso de descompresión de las obligaciones financieras del Estado a corto plazo, como primer medida urgente para replantear la conducción de los asuntos presupuestarios.

La necesidad de apagar este “incendio” que nos dejaron, nos parece que sí representa una señal de que se sabe al menos parte de lo que hay que hacer.

Ya pasaron casi tres meses desde que Rodrigo Chaves asumió el poder, ¿hasta cuándo se podría considerar como tolerable la ausencia de una ruta clara?

En un periodo constitucional de solo cuatro años, con un Estado tan complejo y grande como el nuestro y con una crisis fiscal endémica y que se profundizó durante los últimos dos lustros, nos parece que el gobierno debe zanjar una ruta clara como mínimo en los primeros cuatro meses de la administración.

El acomodo natural de las nuevas autoridades no debe menoscabar la responsabilidad de definir un plan estratégico país claro para los siguientes cuatro años.

En caso de que los diputados aprueben los eurobonos -por $6 mil millones o más - ¿Se requeriría renegociar con el FMI un mayor crédito?

No hay duda que la magnitud de la deuda pública y la crisis fiscal que enfrentamos implica diseñar una hoja de ruta clara y exhaustiva para administrar la crisis.

Nos parece que no solo renegociar con el FMI es importante para buscar créditos más baratos y con condiciones más laxas para el erario, sino que debemos explorar todas las opciones que nos ofrece el mercado financiero internacional -sobre todo en el exterior- para reacomodar mejor la deuda pública.

Cambiar deuda cara por barata debe ser una consigna de la gestión fiscal del gobierno.

¿Cuáles condiciones pone su fracción en torno a los eurobonos?

Fuimos muy claros en que nuestra fracción no girará cheques en blanco.

Es evidente que la negociación de los eurobonos es esencial para resolver, en un primer momento, la crisis fiscal del Estado -a corto plazo- por el lado de los ingresos.

En este ámbito, nuestra fracción puso como condición que el gobierno le informe detalladamente a la Asamblea la gestión de la colocación de los eurobonos, cada que vez que se logre su finiquito.

Por otro lado, por el lado del gasto público, nuestra fracción ejerceré un férreo control político sobre la manera en que el gobierno ejecute el presupuesto, con el fin de vigilar que no haya despilfarro de los recursos públicos y para verificar que estos se inviertan de la mejor manera para promover el desarrollo nacional.

Las comisiones de control del ingreso y el gasto y la de hacendarios jugarán un papel central en este esfuerzo de oposición responsable.

El gobierno arrancó con sesiones extraordinarias, ¿considera usted que Rodrigo Chaves le sacó provecho a este período?

No mucho. Está claro que al ser el gobierno de un partido nuevo, sin experiencia previa en la vida parlamentaria, y en razón de que le tocó acomodarse a las nuevas funciones muy rápidamente, el provecho que pudo sacar fue apenas mínimo.

Podemos entender esa realidad, sin querer justificar al ejecutivo, pero también creo que para el segundo período de extraordinarias, que empieza en noviembre, debemos exigir al gobierno una agenda más robusta.