Explotación minera
| Miércoles 16 junio, 2010
Explotación minera
En los últimos días, parece que las fuerzas del populismo hacen que este tema sea más que tabú, sin embargo, en mi criterio es cuando más atención (obligada) debemos poner a estos temas, para ver cómo en nuestro país se explotan, de manera inteligente, los recursos naturales que poseemos.
En donde el valor de producción sea igual a la suma no solo a los beneficios (que es lo que tanto preocupa a nuestro pueblo), sino a los costos de extracción, que no solo tienen que incluir los de la maquinaria, financieros, capital de trabajo, mano de obra, sino también a los del componente de equilibro ambiental que exigimos en Costa Rica.
En nuestras tierras existe una gran diversidad de riquezas, que nos hemos impuesto conservar en su estado natural, pero llegó el momento de “sacar la joyas de la abuela” para hacerles frente a los requerimientos de nuestra nación.
En este sentido, los últimos decretos del cierre de actividades mineras a cielo abierto, con todo respeto, me parecen que van en sentido contrario a lo que requerimos, así como el no haber permitido que se siguiera con la exploración petrolera (en el pasado), entre otros.
Releyendo un artículo publicado en este periódico, llamado “Crucitas: demasiado riesgo, insuficiente dinero”, publicado por don Fred Blaser, presidente de este periódico, si bien es cierto pareciera estar en contra de la actividad de extracción en Crucitas, en este artículo indica la manera en que podría permitir una explotación racional de esta actividad, eso sí, con costos de producción más elevados que los propuestos por la empresa Infinito, los cuales permitirían llevar a cabo este proceso de extracción con el menor impacto posible al ambiente.
Sin desgastarse en este tema, y en virtud a la experiencia que estamos viviendo en el Golfo de México, con el derrame de petróleo que hasta el momento pareciera imparable, va a generar a futuro (muy cercano), que el mundo tenga que buscar cómo sustituir, hasta donde se pueda, la extracción de petróleo, a grandes profundidades en alta mar (el cual se ha convertido en los últimos años en la principal fuente de extracción de este recurso natural), por la generación de otras fuentes alternativas de energía, pero en definitiva, será muy poco probable el poder sustituirlo aun a mediano plazo, ya que existen muchas industrias que son indispensables y vitales para nosotros los humanos, que dependen de este recurso.
En este país, si observamos la composición porcentual a precios constantes del PIB, podemos notar que la extracción de minas y canteras, en Costa Rica, representa sólo el 0,1%, desde hace muchos años.
Si no hacemos nada (usual en nuestro populismo) hará que suframos el impacto de los sobreprecios del petróleo, que pronto se van a derivar, pudiendo, en contrario, si actuamos ya, tomar acciones que aminoren los impactos que estimo pronto llegarán.
El asunto es: si se toma la decisión de actuar, lo haremos ¿con tiempo suficiente u obligados por las circunstancias apremiantes? Si lo hacemos de manera planificada, estimo que podremos ajustar las fuentes de financiamiento, buscar a los mejores socios comerciales para explotar los recursos, entre otras cosas, como país, en donde se den las sinergias propias entre sector privado y público. Además, nos aseguramos, por ejemplo, de que el Gobierno Central reciba recursos sanos para eliminar los problemas de deuda que tiene, así como los del Banco Central.
En fin, es mucho lo que se puede hacer si actuamos con visión, no solo en estos temas obligados, sino en muchos otros donde tenemos importantes fuentes de recursos naturales, sin que con ello se desmejore nuestra diversidad en flora y fauna, si para ello escogemos los métodos mas eficientes y eficaces.
La ventaja está en si escogemos los mejores sistemas de explotación y ese sería el objetivo nacional, además de saber utilizar los recursos que se deriven de estas actividades. Usemos racionalmente el ser pragmáticos.
Randall Castro Vargas
Economista
En los últimos días, parece que las fuerzas del populismo hacen que este tema sea más que tabú, sin embargo, en mi criterio es cuando más atención (obligada) debemos poner a estos temas, para ver cómo en nuestro país se explotan, de manera inteligente, los recursos naturales que poseemos.
En donde el valor de producción sea igual a la suma no solo a los beneficios (que es lo que tanto preocupa a nuestro pueblo), sino a los costos de extracción, que no solo tienen que incluir los de la maquinaria, financieros, capital de trabajo, mano de obra, sino también a los del componente de equilibro ambiental que exigimos en Costa Rica.
En nuestras tierras existe una gran diversidad de riquezas, que nos hemos impuesto conservar en su estado natural, pero llegó el momento de “sacar la joyas de la abuela” para hacerles frente a los requerimientos de nuestra nación.
En este sentido, los últimos decretos del cierre de actividades mineras a cielo abierto, con todo respeto, me parecen que van en sentido contrario a lo que requerimos, así como el no haber permitido que se siguiera con la exploración petrolera (en el pasado), entre otros.
Releyendo un artículo publicado en este periódico, llamado “Crucitas: demasiado riesgo, insuficiente dinero”, publicado por don Fred Blaser, presidente de este periódico, si bien es cierto pareciera estar en contra de la actividad de extracción en Crucitas, en este artículo indica la manera en que podría permitir una explotación racional de esta actividad, eso sí, con costos de producción más elevados que los propuestos por la empresa Infinito, los cuales permitirían llevar a cabo este proceso de extracción con el menor impacto posible al ambiente.
Sin desgastarse en este tema, y en virtud a la experiencia que estamos viviendo en el Golfo de México, con el derrame de petróleo que hasta el momento pareciera imparable, va a generar a futuro (muy cercano), que el mundo tenga que buscar cómo sustituir, hasta donde se pueda, la extracción de petróleo, a grandes profundidades en alta mar (el cual se ha convertido en los últimos años en la principal fuente de extracción de este recurso natural), por la generación de otras fuentes alternativas de energía, pero en definitiva, será muy poco probable el poder sustituirlo aun a mediano plazo, ya que existen muchas industrias que son indispensables y vitales para nosotros los humanos, que dependen de este recurso.
En este país, si observamos la composición porcentual a precios constantes del PIB, podemos notar que la extracción de minas y canteras, en Costa Rica, representa sólo el 0,1%, desde hace muchos años.
Si no hacemos nada (usual en nuestro populismo) hará que suframos el impacto de los sobreprecios del petróleo, que pronto se van a derivar, pudiendo, en contrario, si actuamos ya, tomar acciones que aminoren los impactos que estimo pronto llegarán.
El asunto es: si se toma la decisión de actuar, lo haremos ¿con tiempo suficiente u obligados por las circunstancias apremiantes? Si lo hacemos de manera planificada, estimo que podremos ajustar las fuentes de financiamiento, buscar a los mejores socios comerciales para explotar los recursos, entre otras cosas, como país, en donde se den las sinergias propias entre sector privado y público. Además, nos aseguramos, por ejemplo, de que el Gobierno Central reciba recursos sanos para eliminar los problemas de deuda que tiene, así como los del Banco Central.
En fin, es mucho lo que se puede hacer si actuamos con visión, no solo en estos temas obligados, sino en muchos otros donde tenemos importantes fuentes de recursos naturales, sin que con ello se desmejore nuestra diversidad en flora y fauna, si para ello escogemos los métodos mas eficientes y eficaces.
La ventaja está en si escogemos los mejores sistemas de explotación y ese sería el objetivo nacional, además de saber utilizar los recursos que se deriven de estas actividades. Usemos racionalmente el ser pragmáticos.
Randall Castro Vargas
Economista