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Estudiantes se lanzan a las calles en Venezuela

| Miércoles 24 octubre, 2007




Estudiantes se lanzan a las calles en Venezuela

Movimiento universitarios se oponen a reforma constitucional que impulsa Chávez

Caracas
EFE

Miles de estudiantes venezolanos marcharon ayer en Caracas contra la reforma constitucional propuesta por el presidente Hugo Chávez y que debate el Parlamento, en demanda de que se tramite en una Asamblea Constituyente por la envergadura de los cambios.
La multitudinaria manifestación, con pancartas y consignas contra el gobernante, transcurrió con normalidad hasta llegar cerca de la sede de la Asamblea Nacional, en el centro de Caracas, donde se habían congregado simpatizantes del Gobierno.
Allí, en los alrededores de la sede parlamentaria, manifestantes y policías se enfrentaron con lanzamientos de piedras y botellas por parte de los jóvenes y disparos de gases lacrimógenos por las fuerzas del orden, que impedían su paso hasta la institución.
No se ha informado hasta el momento de heridos ni detenciones aunque, según testigos, un policía fue alcanzado por un proyectil y fue evacuado por sus compañeros, así como una joven.
Tras los incidentes, un grupo de portavoces estudiantiles pudo entrar en la sede parlamentaria, donde diputados oficialistas se declararon dispuestos a escuchar sus demandas, mientras se dispersaba la protesta.
En coincidencia con las fuerzas de la oposición, a las que critican por “su inmovilidad”, los estudiantes piden que sea una Asamblea Constituyente el órgano representativo que decida sobre la reforma, dada la envergadura de los cambios, o que se otorgue más tiempo para analizarlos y que sean votados el próximo año.
La Cámara venezolana estima que a finales de octubre terminará la redacción y aprobación de las nuevas normas y que entonces el Consejo Nacional Electoral podrá convocar el referendo que decidirá sobre la reforma, previsiblemente el próximo 2 de diciembre.
Los cambios propuestos a la Constitución actual, que se aprobó en 1999 después de que Chávez asumiera su primer mandato, apuntan a la instauración de un sistema político, social, económico y territorial que el Gobierno y los diputados denominan socialista.
Algunos de los parlamentarios, pese a ser seguidores del presidente venezolano, se han sumado en ciertos aspectos a las críticas de la oposición y de la Conferencia Episcopal que denuncian la reforma.
Desde la semana pasada, los nuevos artículos son aprobados uno a uno en la cámara, compuesta en su totalidad por partidos afines al chavismo, aunque sin el voto del minoritario grupo del Partido Podemos (PP), cuyos miembros han sido calificados de “estiércol y traidores” por Chávez.
Los diputados ya han aprobado, entre otros artículos, la reforma que faculta la reelección presidencial indefinida y deben discutir esta semana el que pretende restringir derechos ciudadanos durante situaciones extraordinarias, un texto que ha sido criticado por el Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo.
Este último, Germán Mundaraín, se sumó al rechazo que ha provocado la propuesta y dijo que el artículo que presentó la Asamblea “puede ser mejorado atendiendo al principio de la preeminencia de los derechos humanos”.
Sugirió un texto que refleje que el país se ajusta “a las exigencias, principios y garantías establecidas” en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, documentos ratificados por Venezuela en mayo de 1978 y junio de 1977, respectivamente.
El polémico artículo es uno de los que fueron añadidos por la Asamblea Nacional a los 33 cuya revisión propuso Chávez el pasado 15 de agosto cuando presentó su proyecto de reforma.
El presidente venezolano, al que una gripe, según fuentes oficiales, mantiene en reposo desde hace unos días, devolvió el pasado domingo el calificativo de “moralmente inaceptable” a los obispos, quienes habían calificado así las reformas.
“Ellos dicen que es moralmente inaceptable la reforma. Ellos son los moralmente inaceptables para nuestro pueblo (...); nos da vergüenza esos obispos que tenemos”, dijo el presidente en una llamada telefónica a un programa de la televisión estatal.
La Conferencia Episcopal consideró que las reformas son de carácter “excluyente” y restrictivas de las “libertades” y que vulneran “derechos fundamentales del sistema democrático y de las personas, poniendo en peligro la libertad y la convivencia social”. “La proposición de un Estado socialista es contraria a principios fundamentales” y también “a una recta concepción de la persona y del Estado”, dijeron los obispos, a quienes Chávez respondió: “¡Qué Dios los perdone! por su ignorancia, por su insensatez”.






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