Destacan alianzas con gobiernos locales y fundaciones
Estudiantes de Farmacia de la UIA potencian sus habilidades con proyectos de extensión social
Todas las actividades están supervisadas por los docentes, quienes son profesionales en su área
Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Miércoles 12 mayo, 2021
Ayudar a diversas comunidades del país por medio de sus conocimientos y además enriquecerse de esa labor, es parte de las posibilidades que ofrece a sus estudiantes de Farmacia la Universidad Internacional de las Américas (UIA).
Por medio de convenios con otras organizaciones los alumnos pueden realizar trabajos que les permiten desarrollar sus habilidades, poner en práctica lo aprendido en la teoría y prepararse para desarrollar investigaciones que aporten soluciones a problemáticas del país.
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Actualmente los proyectos de extensión social se desarrollan junto a una delegación policial, donde aborda la educación del consumo responsable de medicamentos, y cómo en un grupo de personas que luchan día a día por la seguridad del ciudadano, se olvidan fácilmente de su propia salud.
“En este caso, los estudiantes más avanzados ponen en práctica sus conocimientos en fármacos para poder guiar a los funcionarios a un adecuado consumo, y evitar la automedicación por medio de la intervención directa y a través de charlas y mensajes por video constantes para la educación de la población”, dijo Edgar Hernández, director de la carrera de Farmacia de UIA.
También se trabaja en conjunto con el Proyecto Daniel, que atienden necesidades de jóvenes con cáncer y sus familias; así como con Fundeso, cuya labor está dirigida a apoyar a mujeres con cáncer de seno.
“En esta relación con ambas fundaciones, los estudiantes más que aprender y poner en práctica lo que saben, se ven beneficiados en la sensibilización, el valor y la perspectiva de vida que adquieren al convivir con poblaciones vulnerables y que a pesar de sus circunstancias son transmisores de positivismo y de ejemplo de vida”, agregó Hernández.
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En cuanto a los proyectos con gobiernos locales, van dirigidos a que estudiantes de primer año compartan los conocimiento que empiezan a adquirir sobre plantas medicinales, desde cómo se siembran hasta sus cuidados, entre otros.
Esto permite a las comunidades aprender a crear huertas y así iniciar emprendimientos.
Uno de los beneficios de este tipo de educación, es que el estudiante no solamente pone en práctica sus conocimientos, sino que conoce la realidad del contexto, impulsando una formación integral y convirtiendo al período de la educación universitaria en uno más productivo para la sociedad.
“Pero quizás, el valor tácito de todas estas actividades recae en la concientización del estudiante propio, de los problemas cotidianos que tiene la sociedad y cómo, nosotros, desde la formación universitaria podemos ir identificándolos y proponiendo soluciones, las cuales, nos forman como profesionales en ejercicio y no solamente en estudiantes con un título universitario”, puntualizó.
Es importante resaltar que todas las actividades están supervisadas por los docentes, quienes son profesionales en su área y los responsables de cada proyecto.