Empleo y políticas públicas en la economía 3.0
Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 04 julio, 2017
Reflexiones
Empleo y políticas públicas en la economía 3.0
En nuestra última reflexión dejamos claro que existe un fenómeno disruptivo en el sistema económico, asociado con los cambios tecnológicos profundos que se están dando y que profundizan la condición de desempleo estructural en el mundo del trabajo. Dicho desempleo por encima de los niveles friccionales, es provocado por la obsolescencia del conocimiento y las competencias de los recursos humanos y por la creciente sustitución del trabajo manual y profesional en amplios sectores de la economía. Se trata entonces, de un aumento abrupto y sustantivo de la tasa de desempleo y un cambio disruptivo en las formas y características del empleo, en prácticamente todos los sectores de la economía y que afectan en mayor o menor grado a todas las profesiones u oficios del sistema económico. Es poco lo que las políticas macroeconómicas pueden hacer y es insuficiente la política social, para absorber las consecuencias distributivas, económicas y sociales de dichos ajustes en el mercado de trabajo.
A partir de lo anterior, nos podríamos preguntar si, ¿será necesaria una política pública nueva?; si la respuesta es sí a esta primera pregunta, entonces, ¿qué características debería tener dicha política pública? ¿Cuáles componentes o programas podrían requerirse? ¿Quiénes y de qué forma deberían estar involucrados? Por supuesto, un pequeño artículo como este no podría atender de manera seria, dichas preguntas, pero al menos intentaré en lo que resta de esta columna, esbozar algunas reflexiones que nacen a raíz de las mismas. Empero, el diseño de las políticas debe estar abierto y ser esencialmente flexible, dado que estamos ante un campo gris y oscuro, donde si bien sabemos que pasará el fenómeno, no necesariamente sabemos cómo y muy poco hemos avanzado en identificar las consecuencias del mismo y sus desafíos.
Sabemos que la política social de mejor alcance y resultados a mediano y largo plazo es aquella que asegura a las familias involucradas el desarrollo de competencias para de forma autónoma, salir de su condición de indigencia y pobreza. Es por eso que, es la presencia en el mercado laboral lo que permite, generar condiciones de sostenibilidad al crecimiento del ingreso de las familias y su salida permanente y clara de la condición de pobreza e indigencia. Dos elementos son centrales al respecto, por una parte, el fomento de nuevas habilidades y capacidades para los trabajadores existentes y los nuevos que ingresarán al mercado laboral y en segundo lugar, el desarrollo de capacidades emprendedoras que garanticen la participación como empresarios en el sistema económico de un número mayor de personas.
Empero, este segundo componente requiere un tratamiento más complejo, que debe atenderse dentro del fomento a la empresarialidad, el desarrollo de instrumentos de capital semilla y premios para los proyectos innovadores y emprendedores que motiven a este sector. Adicionalmente, la flexibilización de la entrada al mercado laboral en las condiciones de aprendiz, generando un espacio de experiencia pagado mediante esquemas alternativos de política pública, que no obliguen a las empresas a sacrificar la inversión de capital al inicio de las mismas. Finalmente, el fortalecimiento de las pymes, con condiciones de crédito y desarrollo empresarial, que permitan sostener y aumentar su competitividad en los mercados, su internacionalización y su permanente innovación productiva.
Así las cosas, el desarrollo empresarial debe verse como una alternativa al desempleo, no para actividades de subsistencia, sino para crear una nueva gama de empresariado emprendedor y fortalecer los vínculos con la nueva economía 3.0, en que debemos subsistir todos. La mejora en la eficiencia en lo privado y lo público, se traducirá en menores demandas de trabajo que tienen que compensarse con esquemas de trabajo de menos horas, 30 horas distribuidos en tres o cuatro días, generando al mismo tiempo mayores demandas de servicio en momentos ociosos de las familias. El cuidado de las personas, sus necesidades de esparcimiento y recreación y las oportunidades de desarrollo profesional serán vitales en estos nuevos entornos de aprendizaje y como nuevas demandas para el trabajo. El país requiere abrir ofertas con jornadas laborales más flexibles, aprovechando los espacios públicos de infraestructura educativa en fines de semana, generando procesos viables en el reentrenamiento de la mano de obra en múltiples industrias. En síntesis, se trata de una nueva política pública centrada en recalificar los recursos humanos, flexibilidad y subsidio al empleo por primera vez, desarrollo de nuevas formas y esquemas de empresariado y un creciente apoyo al sistema educativo en sus fases terciarias que permita ese semillero de oportunidades. Empero, esto no será posible sin un acuerdo nacional con los sindicatos y con los empresarios y los principales grupos políticos del país, todos ellos, actores clave en este nuevo mundo del trabajo.
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