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COLUMNISTAS


El asesinato de Domingo Choc Che

Marilyn Batista Márquez mbatista@batistacom.com | Jueves 11 junio, 2020


Como si se tratara de una película de terror, Domingo Choc Che fue golpeado y luego quemado vivo, por una turba que lo acusaba de haber enfermado a una persona practicando brujería. No, lectores, no hablamos de un acto acontecido en la época medieval, en donde existía un choque entre el cristianismo y el islamismo, aplicación de leyes contra la herejía y más tarde la inquisición española en América. A Choc Che lo asesinaron el sábado pasado en Guatemala.

El abuelo Domingo, como muchos le llamaban, era considerado el último sacerdote maya en la aldea Chimay de San Luis, Petén, que trabajaba junto a algunos antropólogos en la recuperación de la medicina natural ancestral maya.


-“Pocas veces el hombre tolera lo que no entiende, así que lo destruye”, Cristina López Barrio.


Él fue víctima de una brutal intolerancia, carente de un ápice de humanidad para aceptar las creencias o el comportamiento de alguien diferente a ellos en el cumplimiento de los dogmas de la sagrada escrituras cristianas. Su talento como herborista, guía espiritual y médico maya, se basaba en hacer invocaciones y rituales inofensivos para pedir permiso a la esencia de la planta antes de cortarla, además de prepararla, almacenarla y aplicarla, con la sabiduría de la ciencia maya ancestral, enseñada por su abuelo paterno.


-“Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza”, Antonio Machado.


Todavía ningún país ha reportado marchas, protestas y denuncias contra este crimen de odio, que a su vez es un acto de discriminación por razón de credo. Hasta ayer obtuvo cobertura de algunos medios internacionales, a pesar de que el video del asesinato que muestra a Choc corriendo ardiendo en llamas, pidiendo auxilio sin que nadie intentara socorrerlo apagando el fuego, se difunde desde el pasado sábado. A la par del cuerpo mustio quedó su mochila con un peligroso contenido: candelas de colores, veladoras, azúcar y alcohol, “armas” que usaba en las ceremonias.


-“La intolerancia y el odio nacen de la incapacidad de simpatía; no se tolera al que no se comprende, no se ama al que no sabe comprender”, José Ingenieros.


Frente a los ojos de una multitud cómplice del delito, el cuerpo del “brujo” cayó abrasado al suelo. En menos de tres semanas hemos visto -en paralelos diferentes- dos asesinatos espeluznantes vinculados a la intolerancia, primero la del afrodescendiente George Floyd, y reciente, la de Domingo Choc Che, pero esta última parece ser menos relevante para la comunidad internacional. Por qué, si la tolerancia se supone que reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de todos en el mundo. La tolerancia -sostiene la Declaración de Principios sobre la Tolerancia (ONU)- no es indulgencia o indiferencia, sino que es el respeto y el saber apreciar la riqueza y variedad de las culturas del mundo y las distintas formas de expresión de los seres humanos.


-“Las personas no nacen con odio; la intolerancia se aprende y, por lo tanto, se puede prevenir y desaprender”, António Guterres.


Domingo Choc Che no era un “brujo” o “chamán” común y corriente, ya que formaba parte de un equipo multidisciplinario en el proyecto de creación de un inventario de especies medicinales que tenía como objetivo documentar y proteger el conocimiento indígena medicinal Q’eqchi’, que se ha transmitido por tradición oral. En este equipo participaba la Universidad de Zúrich, Suiza, la University College London, Inglaterra, y la Universidad del Valle de Guatemala.

El Ministerio Público de Guatemala investiga el asesinato del que muchos consideran un médico maya respetable, mientras en otras regiones de este país hay guías espirituales, o sea, brujos, hechiceros, chamanes, etc., con temor a seguir practicando una tradición y un don que por varios siglos nuestros antecesores mayas realizaron en la tierra que les pertenecía, sin ser perseguidos y mucho menos asesinados.


-“De qué sirve una casa sino se cuenta con un planeta tolerable donde situarla”, Henry David Thoreau.


Para algunos Petén perdió al brujo, para otros, la humanidad perdió a un excepcional hombre que inició un viaje etnobotánico para identificar especies de plantas medicinales capaces de curar lo que hasta ahora es incurable. Esperamos que se haga justicia.


-“Por lo tanto, debemos reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes”, Karl Popper.



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