El Fondo de adaptación del Protocolo de Kioto asiste a los países en desarrollo que son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, y Costa Rica está dentro de esa clasificación

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Dinero para adaptación a cambio climático

La noticia de que se iniciarán acciones en Costa Rica para adaptación al cambio climático y mitigación de sus consecuencias, con fondos de las Naciones Unidas es sumamente importante.
De esas y otras muchas acciones que se tomen dependerá en buena medida, cuánto puedan hacer los costarricenses por la conservación del recurso hídrico, la producción agropecuaria, el adecuado manejo de las zonas marino costeras, entre otros.
Deberemos por lo tanto ser muy eficientes en la utilización de los mencionados dineros y poner en marcha los mecanismos para que los sectores más vulnerables comiencen a recibir toda la información necesaria a fin de que, quienes carezcan de ella, puedan también diseñar proyectos y presentarlos, utilizando su experiencia y el conocimiento de su zona.
El plazo para la recepción y adjudicación de dinero (desde ¢35 millones hasta ¢125 millones) por proyecto, debería permitir que no solo las organizaciones ya informadas y preparadas accedan a la ayuda, sino también las que necesitarán tiempo, conocimiento, y apoyo para poder hacerlo.
El Fondo de Adaptación del Protocolo de Kioto asiste a los países en desarrollo que son particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático, lo cual significa que Costa Rica está dentro de esa clasificación.
Podrán financiarse con dichos fondos proyectos que, luego de estudiados, se consideren aptos. Es una invitación abierta a la sociedad civil, productores agrícolas, sector académico e instituciones gubernamentales.
Esperamos que la iniciativa haya contemplado encuentros entre los diferentes actores de la sociedad, de modo que, en cada sector, se produzca un sano intercambio de información y experiencias.
Como sabemos, el cambio en la temperatura de una zona, produce desaparición o migración, en algunos casos, de la fauna y cambios en la flora.
La mayor o menor cantidad de precipitaciones lluviosas, ciclones y huracanes, puede disminuir el número de peces autóctonos. Hace variar la biodiversidad de cada zona afectada.
Hay un vínculo entre los movimientos migratorios de las aves y el cambio climático y se podría comprobar que migraciones que ocurrían antes en siglos, se pueden producir ahora en décadas.
Esto para mencionar solo algunos ejemplos.
Es necesario pues, tener en cuenta los estudios científicos actuales sobre esos cambios para una nueva y adecuada gestión de la biodiversidad.