Día Mundial del Síndrome de Down destierra estereotipos y abraza la inclusión

Bajo el lema de que “todos somos iguales, pero diferentes”, las empresas privadas, diversas fundaciones y el gobierno buscan romper los estereotipos y abrir la puerta de la inclusión para las personas que viven con el Síndrome de Down.

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Actividades especiales, capacitaciones y programas de educación, así como la promoción de acciones afirmativas son parte del día a día de estas organizaciones.

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Sin embargo, al celebrarse este jueves el Día Mundial del Síndrome de Down, su llamado a la inclusión es más fuerte que nunca.

“Somos una compañía inclusiva y diversa que fomenta la igualdad de oportunidades. Es un honor para Walmart ser parte de campañas que pretenden cambiar estereotipos. Estamos convencidos en que se debe trabajar en facilitar la generación de oportunidades para la inclusión social y laboral de personas con discapacidad”, dijo Yolanda Fernández, Gerente de Asuntos Corporativos de Walmart Costa Rica.

La campaña se realizará en todo el país. Archivo/LA REPÚBLICA

En el país no existe un censo de cuántas personas conviven con esta condición genética; sin embargo, se calcula que son unas 5 mil, de acuerdo con los números que manejan las dos agrupaciones que se dedican a esta población: Fundación Yo puedo ¿y vos? y Asidown.

La primera es una fundación sin fines de lucro que nació en el 2012, con el fin de impulsar y promover la inclusión educativa y laboral de las personas con Síndrome de Down.

Todos los años, impulsa una campaña que se llama: “Las llevamos diferentes porque somos iguales” y se trata de una colección de 22 diseños diferentes de medias, todos creados por jóvenes con Síndrome de Down.

Este año, no es la excepción y nuevamente la compañía Red Point fabricó y distribuyó la nueva colección. La meta es vender 75 mil medias este año y se han sumado a la campaña: Walmart, Masxmenos, Maxi Palí, Almacenes El Rey, Llobet y Siman, así como decenas de tiendas de departamentos, bazares y librerías, en todas las provincias. También se pueden adquirir en línea, visitando www.textilesredpoint.com.

Cada par de medias tiene un precio de venta sugerido de ¢2.300.

“En la Fundación creemos que una oportunidad es suficiente para derribar barreras y comprender que en el respeto a las diferencias se construye el éxito de la sociedad. Esta meta la hemos ido logrando en los últimos años con procesos de formación permanente”, destacó Johanna Castro, presidenta de la Fundación Yo puedo y vos.

La otra organización es Asidown dirigida por Rosette Kleiman, quien apoya la autodeterminación de las personas con Síndrome de Down y sus familias y afirma que la percepción de la población ha cambiado en los últimos 20 años.

“El acceso a la información y al trabajo de concientización que se ha realizado ha traído muchos beneficios al país y a las familias con nuevos miembros con Síndrome de Down. Estas personas empezaron a darse cuenta de que todo a lo que temían por mitos preconcebidos, no eran más que eso, mitos y estereotipos. En su vida cotidiana descubrieron que la alegría de vivir su proyecto de familia no está truncada por el hecho de que su hijo tiene Síndrome de Down. Esto les ha empoderado y les ha permitido apropiarse de su derecho a vivir incluidos en la sociedad, a pesar de las barreras que aún se enfrentan”, explicó la directora.

Desde el 2011, la Asamblea General de la ONU decidió designar el 21 de marzo como el Día Mundial del Síndrome de Down y así generar una mayor conciencia pública y recordar la dignidad inherente y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades.

Otro aspecto importante es que las personas con esta condición suelen presentar problemas de salud en general.

Sin embargo, los avances sociales y médicos han conseguido mejorar la calidad de vida.

En ese sentido, Adriana Acuña, Médico General y encargada del Programa Síndrome Down del Hospital Metropolitano, señaló que la institución está preparada para dar una atención integral y brindar la mejor consejería y atención a esta población.

A principios del siglo XX, se esperaba que los afectados vivieran menos de 10 años.

Pero ahora, cerca del 80% de los adultos que lo padecen superan la edad de los 50 años.

Un trabajo médico y parental en edades tempranas favorece la calidad de vida y la salud de quienes sufren este trastorno genético al satisfacer sus necesidades sanitarias, entre las cuales, se incluyen chequeos regulares para vigilar su desarrollo físico y mental, además de una intervención oportuna, ya sea con fisioterapia y la educación especial inclusiva.