Del fútbol irresponsable a la delincuencia
| Sábado 22 febrero, 2014
El cambio social comienza en el individuo y no se debe esperar a que exista una ley o política pública o privada
Del fútbol irresponsable a la delincuencia
La situación generada el domingo en el Estadio Nacional, en el partido del Club Sport Cartaginés y la Liga Deportiva Alajuelense me hizo recordar a Mario Vargas Llosa, quien, en una de sus últimas publicaciones, mencionó:
“Los grandes partidos de fútbol sirven sobre todo, como los circos romanos, de pretexto y desahogo a lo irracional, de regresión del individuo a su condición de parte de la tribu, de pieza gregaria en la que amparado en el anonimato cálido de la tribuna, el espectador da rienda suelta a sus instintos agresivos de rechazo del otro, de conquista y aniquilación simbólica (y a veces hasta real) del adversario”.
La delincuencia en los estadios de las llamadas “barras bravas” de ciertos equipos de fútbol son situaciones que deben llevar a un debate más profundo y no dejarlo en señalamientos inútiles a ciertos equipos de fútbol o a generalizaciones a ciertas poblaciones costarricenses.
En primer lugar se deben sentar responsabilidades. En Costa Rica se sabe que existen dos clubes de fútbol que en términos de afición no son provinciales, son equipos nacionales, el Deportivo Saprissa y la Liga Deportiva Alajuelense.
Por lo tanto, el ente organizador del evento posee la responsabilidad de prepararse en cuestión de organización por la seguridad de todos los deportistas, la afición y del inmueble de interés público, el Estadio Nacional.
Era deber del Club Sport Cartaginés coordinar la seguridad entre entes privados y la seguridad pública para evitar actos tan vergonzosos.
En segundo lugar, la inseguridad en un Estadio va más allá de un error en una gestión, en especial cuando se repiten estos actos constantemente.
Los actos delictivos emanan de la ignorancia de los valores fundamentales que deben ser aprehendidos en el hogar, del respeto, la tolerancia y del conocimiento de las responsabilidades que trae consigo cada acto que realiza un ciudadano.
El cambio social comienza en el individuo y no se debe esperar a que exista una ley o política pública o privada para comenzar a evitar estos actos.
Ahora bien, las entidades involucradas deben realizar acciones que equilibren tanto el interés privado (dinero para un club) como el interés público (mantenimiento del orden y la paz).
Debido al estado de la situación, estas acciones deben ser preventivas como el proyecto de generación de peñas que posee el Deportivo Saprissa, en donde se mantiene un registro de cada persona que ingresa al estadio a apoyar, se inculcan valores de la institución y se sientan responsabilidades en caso de algún tipo de incidente.
Así mismo se deben hacer de inmediato acciones que cambien esta situación con las barras organizadas, las cuales son alcahueteadas de diversas formas como: venta y/o regalías de entradas, prestación de servicios de transporte y hasta escolta para su traslado, entre otras.
Es momento para que la Federación Costarricense de Fútbol, la Unión de Clubes de la Primera División, y las entidades gubernamentales se sienten a negociar y coordinar acciones por el bien del deporte y la sociedad costarricense.
Leonardo Brenes Muñoz
Relaciones internacionales