Gasto público en infraestructura está muy por debajo del 4% prometido
Deficiente infraestructura vial evita que inversión extranjera y beneficios comerciales se extiendan, según OCDE
Más de 1.382 kilómetros de rutas se encuentran en condición frágil
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Martes 14 febrero, 2023
A pesar de que Costa Rica tiene una extensa red vial, se trata de una deficiente infraestructura, que no permite que los beneficios comerciales y la inversión extranjera directa se extiendan a las zonas rurales y costeras.
Esta situación, se traduciría en menos oportunidades de empleo y por supuesto, en más pobreza, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
“Los cuellos de botella de infraestructura son considerables, en especial en el transporte por carretera. Esto no solo obstaculiza el desarrollo regional, sino que también tiene un impacto negativo en la competitividad, la productividad y el medio ambiente. La red de carreteras es extensa, pero la calidad es deficiente (…) Reducir estas brechas de infraestructura también ayudaría a extender los beneficios de la integración comercial y la inversión extranjera directa a todo Costa Rica”, indicó la OCDE para Costa Rica.
Por otra parte, el gasto público en infraestructura de 1% del PIB, está muy por debajo del último Plan Nacional de Transporte del Ministerio de Obras Públicas, que exige aumentos graduales en el gasto en infraestructura al 4% del PIB para 2035, con dos tercios financiados por el sector privado.
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Para la organización, el sector de obras públicas tiene una estructura institucional compleja. Más allá del Ministerio de Obras Públicas, existen ocho entidades independientes con responsabilidades específicas.
“Esta estructura contribuye a las duplicidades, la fragmentación excesiva de políticas, la preparación prolongada de proyectos y los retrasos en la ejecución de los proyectos”, agregó la OCDE.
La falta de presupuesto y mantenimiento vial han hecho que las carreteras nacionales se conviertan “en una bomba de tiempo”.
Incluso, Luis Amador, ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT) no garantiza la seguridad en las principales rutas del país con la llegada de las lluvias.
Y es que más de 1.382 kilómetros de rutas se encuentran en condición frágil, según un estudio del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (LanammeUCR).
El país cumplió el año pasado su segunda temporada de lluvias sin invertir un colón en el mantenimiento de las vías.
El escándalo de supuesta corrupción conocido como “Cochinilla”, hizo que la administración anterior cancelara todos los procesos de licitación, con el objetivo de transparentar el uso de los recursos públicos, a la vez, que el actual gobierno ha luchado con diversas trabas burocráticas.
“Nuestras calles son bombas de tiempo y el propio Ministro de Obras Públicas lo dijo en audiencia en la Comisión de Infraestructura del pasado 23 de enero: accidentes como el de Cambronero pueden ocurrir en otras vías del país”, dijo Carolina Delgado, diputada del PLN.
Consecuencias
El mal estado de las carreteras genera una serie de consecuencias en la economía. Estos son los más importantes:
• La vida de las personas se pone en peligro
• Se afecta la movilidad de las personas y la mercadería
• Turismo se ve afectado
• Se aumentan los costos de combustible y tempos de traslados
• No se debe perder de vista que la competitividad y productividad de una economía depende fuertemente de la
calidad de la infraestructura país