¿Cuán profunda puede ser la crisis estadounidense?
| Lunes 02 febrero, 2009
¿Cuán profunda puede ser la crisis estadounidense?
Conversando del tema con unos amigos, estimé (al calor de la conversación) que si la administración Bush en lugar de haber utilizado los $700 mil millones, para salvar bancos y otras empresas, los hubiese utilizado en cancelaciones parciales de las pérdidas de valor de las hipotecas. Esto es, si alguien que compró una vivienda por un valor de 100, producto de la crisis esta llegara a valer 70, esos 30 de pérdida serían los que habría que pagar con ese fondo, para que el mundo no sufriera las consecuencias que vivimos de pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, que provoca este efecto que lleva a la quiebra de algunas empresas y a otras a despidos.
Tenía la presunción de que era tanto dinero, que bien habría alcanzado para estos propósitos. Pero comencé a hacer un ejercicio para tratar de tener una idea del monto que podría ser y me di cuenta de que estaría muy lejos de este resultado.
Para ello voy a hacer los siguientes supuestos:
1. La población económicamente activa en EE.UU. ronda los 154,2 millones de personas.
2. Si la mitad de ellos tiene vivienda y de esta, la mitad tiene deudas por esas viviendas, los deudores sumarían 38,5 millones.
3. Si el precio de la vivienda promedio en EE.UU. fuera de $300 mil (y si este es el mismo monto que se debe a los bancos), y considerando que el valor de estas cayó según publicaciones en algunos estados un 40%, y en otros un 20%, tendríamos un promedio del 30% de pérdida de valor en las viviendas.
Si este caso hipotético fuera el que se hubiese presentado en Estados Unidos al momento de manifestarse la crisis bancaria, los montos de que estaríamos hablando serían de $4.625.000 millones para el caso de pérdida de valor del 40%, de $3.468.750 millones si fuese del 30% y de $2.312.500 millones si fuese del 20%. Esto implica que sumando los $700 mil millones de ayuda que se le otorgaron a Bush, con los $819 mil millones que se le entregarían a Obama para afrontar la situación, aún faltarían 2,04 veces mas de dinero en el caso del 40%, de 1,28 veces para el caso del 30% y 0,52 veces para el caso del 20% de pérdidas de valor en las viviendas.
El problema de depresión que vivimos se debe a que, entre otros y en primera instancia, los estadounidenses ya no tenían el mismo poder de adquisición que antes, situación que se ha repetido en muchos otros países altamente industrializados. Lo cual ha repercutido en todos los mercados mundiales.
Con esto quiero decir que estamos lejos de llegar a una solución de corto plazo para que la crisis termine, pues el problema de fondo que es la restitución del poder adquisitivo de los consumidores, a pesar de las gigantescas ayudas que se aprueban, no están llegando para ayudarles a ellos, sino para sostener instituciones, llámense bancos, empresas automotrices u otros.
No estamos a la vuelta de la esquina para encontrar la solución a esta crisis, sobre todo por el efecto dominó, que entre otras cosas está haciendo que en nuestro país las exportaciones de melón a Estados Unidos para muchos exportadores prácticamente se paralizó, así como en otros productos, que ya no se pueden colocar en igual proporción.
Es necesario que tomemos consciencia de que será a través del dinamismo e innovación a que recurramos los costarricenses que podremos salir airosos de esta situación, para ello tenemos que ser más creativos y menos dogmáticos, en cuanto al tipo de inversiones que se deben llevar a cabo en nuestro país, para así estar más capacitados ante esta crisis.
Tenemos que saber explotar más y mejor nuestros recursos naturales, según lo defina la técnica, no la ideología, que por años viene entrabando nuestro verdadero potencial.
Randall Castro Vargas
Economista
Conversando del tema con unos amigos, estimé (al calor de la conversación) que si la administración Bush en lugar de haber utilizado los $700 mil millones, para salvar bancos y otras empresas, los hubiese utilizado en cancelaciones parciales de las pérdidas de valor de las hipotecas. Esto es, si alguien que compró una vivienda por un valor de 100, producto de la crisis esta llegara a valer 70, esos 30 de pérdida serían los que habría que pagar con ese fondo, para que el mundo no sufriera las consecuencias que vivimos de pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, que provoca este efecto que lleva a la quiebra de algunas empresas y a otras a despidos.
Tenía la presunción de que era tanto dinero, que bien habría alcanzado para estos propósitos. Pero comencé a hacer un ejercicio para tratar de tener una idea del monto que podría ser y me di cuenta de que estaría muy lejos de este resultado.
Para ello voy a hacer los siguientes supuestos:
1. La población económicamente activa en EE.UU. ronda los 154,2 millones de personas.
2. Si la mitad de ellos tiene vivienda y de esta, la mitad tiene deudas por esas viviendas, los deudores sumarían 38,5 millones.
3. Si el precio de la vivienda promedio en EE.UU. fuera de $300 mil (y si este es el mismo monto que se debe a los bancos), y considerando que el valor de estas cayó según publicaciones en algunos estados un 40%, y en otros un 20%, tendríamos un promedio del 30% de pérdida de valor en las viviendas.
Si este caso hipotético fuera el que se hubiese presentado en Estados Unidos al momento de manifestarse la crisis bancaria, los montos de que estaríamos hablando serían de $4.625.000 millones para el caso de pérdida de valor del 40%, de $3.468.750 millones si fuese del 30% y de $2.312.500 millones si fuese del 20%. Esto implica que sumando los $700 mil millones de ayuda que se le otorgaron a Bush, con los $819 mil millones que se le entregarían a Obama para afrontar la situación, aún faltarían 2,04 veces mas de dinero en el caso del 40%, de 1,28 veces para el caso del 30% y 0,52 veces para el caso del 20% de pérdidas de valor en las viviendas.
El problema de depresión que vivimos se debe a que, entre otros y en primera instancia, los estadounidenses ya no tenían el mismo poder de adquisición que antes, situación que se ha repetido en muchos otros países altamente industrializados. Lo cual ha repercutido en todos los mercados mundiales.
Con esto quiero decir que estamos lejos de llegar a una solución de corto plazo para que la crisis termine, pues el problema de fondo que es la restitución del poder adquisitivo de los consumidores, a pesar de las gigantescas ayudas que se aprueban, no están llegando para ayudarles a ellos, sino para sostener instituciones, llámense bancos, empresas automotrices u otros.
No estamos a la vuelta de la esquina para encontrar la solución a esta crisis, sobre todo por el efecto dominó, que entre otras cosas está haciendo que en nuestro país las exportaciones de melón a Estados Unidos para muchos exportadores prácticamente se paralizó, así como en otros productos, que ya no se pueden colocar en igual proporción.
Es necesario que tomemos consciencia de que será a través del dinamismo e innovación a que recurramos los costarricenses que podremos salir airosos de esta situación, para ello tenemos que ser más creativos y menos dogmáticos, en cuanto al tipo de inversiones que se deben llevar a cabo en nuestro país, para así estar más capacitados ante esta crisis.
Tenemos que saber explotar más y mejor nuestros recursos naturales, según lo defina la técnica, no la ideología, que por años viene entrabando nuestro verdadero potencial.
Randall Castro Vargas
Economista