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Críticos cobardes

Fred Blaser - | Miércoles 21 abril, 2010



Críticos cobardes


Un grupo de países grandes y ricos en su mayoría europeos ha denunciado a Costa Rica por no cooperar en la caza de gente del Viejo Continente, que pueda estar evadiendo los impuestos.
Más grave aún, Francia este año decidió castigar a las compañías francesas que hacen negocios con este país.
Estas críticas dañan a Costa Rica, ya que los inversores y comerciantes internacionales, normalmente prefieren no lidiar con un lugar tachado como república bananera poco fiable, y mucho menos pagar una multa por hacerlo.
Sin embargo, los críticos tienen miedo de meterse con alguien de su propio tamaño.
Hong Kong un centro bancario enormemente más grande que Costa Rica es una de las jurisdicciones más agresivas del mundo, cuando se trata de proteger el secreto bancario de los depositantes.
Pero los europeos no se atreven a ofender al hermano mayor de Hong Kong.
El caso más perverso puede ser el de Arabia Saudita, que en 2009 denunció la falta de cooperación de Costa Rica, tras lo cual se negó a facilitar el acceso a las cuentas bancarias en el Reino, propiedad de extranjeros.
En tanto, Europa, para la cual la provisión del petróleo de Oriente Medio es asunto casi de vida o muerte, nunca ha movido un dedo contra los sauditas.
Tampoco es esta la primera vez que los europeos patean a los países pequeños y pobres, mientras que lamen las botas de los grandes y poderosos.
El año pasado, los ricos europeos suspendieron la ayuda a Honduras, el país más empobrecido de América Latina, como una forma de presionar al gobierno interino a restaurar al derrocado presidente José Manuel Zelaya.
Pero hacerse pasar por defensores intrépidos de las instituciones democráticas es fácil, cuando se trata de dar lecciones morales a los países pequeños y débiles.
Mientras tanto, Europa nunca ha pedido que las sanciones económicas se impongan a China, un Estado de partido único sin libertad de expresión, que es al mismo tiempo dueño de miles de millones de dólares de deuda europea, o Rusia, una casi cleptocracia, que se asienta en vastos depósitos de gas natural, sin el cual los europeos pasarían el invierno congelados en la oscuridad.
Francia en particular tiene poco derecho a criticar a Costa Rica por su supuesta falta de cooperación.
A modo de expiación por las injusticias cometidas en sus antiguas colonias, Francia da un trato favorable a las importaciones procedentes de diferentes territorios del Caribe, a pesar de que estas preferencias perjudiquen a los exportadores de Costa Rica y otras economías en vías de desarrollo, y aunque muchos de los principales beneficiarios de este sistema sean grandes y ricas empresas francesas, que operan en el extranjero.
En 2006, el Gobierno francés supuestamente comprometido con la competencia justa y libre dijo que prohibiría las adquisiciones extranjeras de varias “industrias estratégicas”, incluyendo los sectores aparentemente claves de operaciones de casinos y fabricación de yogur.
Los europeos tienen razón al esperar que Costa Rica les brinde el acceso más ágil a las cuentas bancarias locales de los contribuyentes, que pueden estar evadiendo impuestos en sus países de origen.
Su posición sería más creíble y más decente si aplicaran las mismas reglas para todos.

Fred Blaser
Co Presidente
República Media Group

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