Costa Rica se perfila como destino exclusivo
Alexandra Cubero acubero@larepublica.net | Viernes 27 septiembre, 2019
¿Calidad o precio? Es la gran interrogante que deberían plantearse los turistas.
El panorama mundial empuja a las personas a valorar el impacto que tendrá su viaje en términos ambientales y sociales, junto con factores de precio y conectividad, entre otros; en este marco, los destinos que valoran esos aspectos llevan una ventaja conforme la población toma cada vez más conciencia.
Además, la vida en las ciudades marcha aceleradamente: obligaciones, tráfico, ruido; lo que aumenta el valor de los sitios con capacidad para generar recuerdos memorables en los viajeros lejos del trajín.
En Costa Rica la respuesta siempre será calidad en servicios de hospedaje, alimentación, tours, trato.
La gran apuesta del sector es ofrecer a los viajeros una experiencia única de conexión con la naturaleza, consigo mismos, y eso supone un producto turístico de alto nivel para nacionales o extranjeros.
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De ahí que, no precisamente en el territorio nacional encontrará los precios más bajos de la región, pero sí un compromiso fuerte con dar una estadía de relajación, aventura o lo que el viajero desee.
Costa Rica no es un destino masivo, y no se propone serlo, tampoco compite por precio sino por calidad, fórmula que le ha resultado exitosa y que al cierre de 2018 atrajo a más de 3 millones de visitantes.
Tiene uno de los mejores servicios al cliente de la región y una belleza excepcional, única, por lo que no resulta justo compararlo con las tarifas en países vecinos.
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Asimismo, el turismo nacional mantiene un compromiso fuerte con la sostenibilidad, que si bien requiere de una inversión de los empresarios, no supone un costo extra en los viajes, sino una invitación a los turistas a ser partícipes del destino.
Finalmente, al componerse la oferta turística principalmente de pymes, además de disfrutar de una tierra con grandes atractivos, recorrerla beneficia el emprendimiento y la generación de empleo en distintos estratos.
