¿Comprar o alquilar?
| Miércoles 19 marzo, 2014
Los jóvenes prefieren la flexibilidad que les ofrece el alquiler para movilizarse en búsqueda de mejores condiciones de empleo o estudios
¿Comprar o alquilar?
La mayoría de las personas sueña con tener una “casa propia”. Este deseo se evidencia en la prevalencia de la vivienda propia: en el mundo siete de cada diez hogares son propietarios. En América Latina y el Caribe la tasa de propiedad se acerca al 65%. ¿Cuál es la razón?
Se dice que la estabilidad que ofrece puede incentivar el acceso a redes sociales y una vida comunitaria más activa. Pero el principal motivo parece ser financiero.
La vivienda es por lo general el activo más importante de una familia. Su valorización permite capitalizar la inversión en el largo plazo. Muchas familias han acrecentado su riqueza gracias a la propiedad y han conseguido dejar un patrimonio a sus hijos.
No es extraño, entonces, que la mayoría de las personas piense que alquilar la vivienda es ‘regalar la plata’.
Sin embargo, la ‘casa propia’ no necesariamente es la mejor opción para todos. Hay varias razones.
Por un lado, la propiedad es cara. No solo los precios de vivienda hacen que la propiedad sea inasequible para muchos; también los altos costos de transacción de la compra y venta hacen que los beneficios de la capitalización se materialicen solo en el largo plazo.
Los costos legales, el registro y los pagos a intermediarios llegan a un 11% del valor de la vivienda en promedio en America Latina, desde un 6% en Argentina a un 16% en Guatemala.
Si a esto se suman los costos de mantenimiento e impuestos resulta claro que los beneficios de ser propietario solo se dan en un plazo de varios años y a veces de varias décadas.
Por esto la vivienda en alquiler puede ser una mejor alternativa para los grupos poblacionales que necesitan o quieren mayor movilidad.
Por ejemplo, los jóvenes prefieren la flexibilidad que les ofrece el alquiler para movilizarse en búsqueda de mejores condiciones de empleo o estudios.
Y por ello su probabilidad de escoger este tipo de tenencia es mucho mayor sin importar el nivel de ingreso, el logro educativo o el tipo de hogar en el que viven.
Poco a poco los gobiernos de la región se han dado cuenta de esto y han empezado a complementar las políticas de vivienda con alternativas de alquiler para aquellos hogares que no pueden o no quieren ejercer la opción de ser propietarios en el tiempo presente.
Por ejemplo, el Gobierno de Chile lanzó un subsidio para que jóvenes de estratos bajos puedan suplementar sus ingresos y acceder a una vivienda de alquiler de calidad. El subsidio llamado ‘chao suegra’ crea una narrativa sobre el alquiler como primer paso para obtener un techo propio.
Todas estas razones sugieren que el alquiler es también una alternativa válida y que no existe un ideal universal de vivienda para toda la población. ¿Y tú que piensas? ¿Comprar o alquilar?
Andrés G. Blanco B.
Banco Interamericano de Desarrollo