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Aprender diferente

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Martes 08 febrero, 2011



Reflexiones
Aprender diferente


Al iniciar el curso lectivo 2011 y mirar la ilusión de mi hija de tan solo siete años prepararse para asistir a sus clases de primer grado, no puedo más que reafirmar mi criterio sobre la educación, que es y seguirá siendo la única arma contra la pobreza, la desesperanza, la delincuencia y la desigualdad económica y social. Es sin duda alguna un bien meritorio en el que no deberíamos escatimar las y los costarricenses, ni como individuos ni mucho menos como Estado.
Si bien, para efectos de mejorar nuestro sistema de recaudación fiscal, se podría poner un impuesto muy bajo a la matrícula educativa privada, con el fin de detectar las ganancias e ingresos reales de los centros privados de educación y poder cruzar adecuadamente sus ganancias; no creo que debiera superar el 5% y me parece, que debería devolverse a aquellos que efectivamente usen dichos recursos en mejorar la calidad de la educación que brindan con un compromiso serio.
Lamentablemente hemos involucrado en nuestro sistema educativo a todo nivel un falso principio de competencia de mercado y de rivalidad en nuestros alumnos, quién obtiene la mejor nota, no importa que sea el pedante y más insociable de la clase, es a quien valoramos mejor. Profesores o maestros cada día más preocupados por su materia que por sus alumnos, un director o rector que prefiere el estado del jardín en comparación con el ambiente laboral de su institución y el sano interactuar de sus compañeros de trabajo.
Es lamentable que en muchas de las escuelas privadas de calidad se discrimina entre sus estudiantes a aquellos que por alguna razón no son iguales o presentan alguna necesidad de aprendizaje distinta a las del promedio de su grupo. Este sistema educativo que privilegia la acumulación de conocimientos en lugar de la creación y desarrollo de competencias de vida y de aprendizaje en diversidad debe cambiar.
Son múltiples los retos de nuestro sistema educativo: apostar por una formación multilingüe y multicultural, favorecer el uso de las nuevas tecnologías, integrar las diferencias y no esconderlas y por supuesto, colaborar con los padres de familia en la consolidación de valores universales básicos para favorecer una convivencia democrática, amplia, abierta y sobre todo, formadora de ciudadanos responsables con su entorno familiar, comunal y nacional.
De veras que nos hace sentir diferente el mirar el ejército de niños, niñas y adolescentes entrar a escuelas, colegios y universidades este febrero 2011. Hagamos un esfuerzo adicional por apoyar e integrar las diferencias sociales, culturales y de capacidades y actitudes al aprendizaje, hagamos un esfuerzo por convivir y crear ciudadanía en medio de la sana diversidad con la que convivimos. Aprendamos de nuestras diferencias y evitemos competir más que con nosotros mismos para salir adelante con éxito este nuevo año.

Leiner Vargas Alfaro
lvargas@una.ac.cr

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