Airbnb le apuesta al turista nacional: Carlos Muñoz, Gerente de Políticas Públicas de Airbnb para Centroamérica

El panorama actual de la regulación de hospedajes no tradicionales en Costa Rica, destacando la importancia de un registro sencillo y el impacto de Airbnb en el turismo local y la economía, así como los potenciales efectos negativos de regulaciones más estrictas en los precios de hoteles y opciones de hospedaje para turistas ticos; de este y otros temas conversó en exclusiva con LA REPÚBLICA, Carlos Muñoz, Gerente de Políticas Públicas de Airbnb para Centroamérica.

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¿Cómo debe ser una buena regulación de hospedaje no tradicional en Costa Rica?

Una buena regulación de hospedaje no tradicional en Costa Rica debe incluir un registro sencillo para anfitriones y propiedades, el pago de impuestos, y normas de seguridad para huéspedes. La transparencia en el intercambio de datos entre plataformas y autoridades es vital para garantizar el cumplimiento de las regulaciones. Además, la regulación debe ser flexible, adaptándose a las necesidades de diferentes comunidades y cambios en el mercado.

Este enfoque sigue el modelo de la Unión Europea, priorizando la recolección de datos para políticas basadas en evidencias y evitando restricciones excesivas que puedan generar mercados negros y aumentos de precios, como en Nueva York. La regulación debe equilibrar el crecimiento del turismo y la economía local con la protección de los intereses de residentes y visitantes

¿Qué impacto tendría la implementación de inspecciones y la posibilidad de clausurar hospedajes en el sector del turismo no tradicional en Costa Rica?

Las plataformas permiten la autorregulación a través de calificaciones de huéspedes y anfitriones, garantizando que se cumplan las expectativas. Airbnb ofrece una variedad de opciones, desde hamacas en la playa hasta casas de lujo, haciendo el turismo accesible para todos. Por ello, no se pueden estandarizar requisitos subjetivos.

Es importante incentivar la formalidad; nuestra principal propuesta es los anfitriones registrados ante el ICT y Hacienda tengan incentivos de ley que reduzcan sus costos.

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¿Cómo podría afectar al turismo nacional y a los consumidores ticos la implementación de regulaciones más estrictas para los hospedajes no tradicionales, considerando que muchos de los huéspedes que reservan a través de Airbnb son locales?

Regular más estrictamente hospedajes como Airbnb en Costa Rica podría reducir opciones para hacer turismo nacional, afectando a los ticos que viajan dentro del país, quienes representan el 40% de las reservas.

Desde 2020, Airbnb ha recibido reservas en 20 nuevos pueblos, impulsando la economía rural. En el 2021, los huéspedes de Airbnb gastaron $493 millones, apoyando 13 mil empleos y generando casi el 1% del PIB. Las regulaciones podrían eliminar una opción clave para que los ticos conozcan su país. Según una encuesta, el 39% de los huéspedes elige Airbnb para ahorrar dinero y el 43% para una experiencia local fuera de zonas turísticas.

El caso de Nueva York en 2023 mostró que regulaciones restrictivas pueden reducir significativamente la oferta de hospedajes no tradicionales. ¿Qué lecciones podemos aprender de este ejemplo para evitar resultados negativos similares en Costa Rica?

En Nueva York, limitar alojamientos aumentó los precios hoteleros un 8%, sin mejorar los alquileres a largo plazo. Según un estudio de Harvard Business Review, la reducción del 21% en alojamientos Airbnb coincidió con una caída del 10% en permisos de construcción residencial.

En contraste, áreas sin restricciones en Los Ángeles vieron aumentos del 9% al 17% en permisos de construcción; para evitar efectos similares en Costa Rica, lo idóneo es implementar políticas equilibradas con un registro sencillo y en línea, estimulando el desarrollo inmobiliario y económico sin afectar la oferta de hospedaje ni la economía local, crucial debido a la dependencia del turismo.

¿Cómo podría una regulación más estricta de los hospedajes no tradicionales impactar en los precios de los hoteles? ¿Podríamos ver una situación similar a la de Nueva York, donde los precios de los hoteles aumentaron?

Reducir la oferta de alojamientos, como en Nueva York, aumentó los precios hoteleros un 8% sin mejorar los alquileres a largo plazo. En Boston, los precios de alquiler también subieron a pesar de reducir los alquileres a corto plazo.

Además, muchos hospedajes se trasladaron a la informalidad en plataformas como Facebook Marketplace y Craigslist, sin verificación ni contribución a las autoridades. Es crucial equilibrar la regulación para no impactar negativamente la vivienda a largo plazo y el turismo. Actualmente, el 80% de nuestros 200 principales mercados están regulados. Nueva York, antes representaba el 1% de los ingresos mundiales de Airbnb y actualmente ninguna ciudad representa más del 2%.