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¡Acusaciones sin pruebas son difamación!

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 22 mayo, 2015


Las difamaciones no construyen, por el contrario socavan y desbaratan relaciones y entendimiento mutuo

Sinceramente
¡Acusaciones sin pruebas son difamación!

Pocas cosas más contraproducentes en política y en la vida social que la maledicencia. Este tipo de acciones generan reacciones en extremo duras y actitudes poco adecuadas a las que una sociedad necesita para encontrar consensos, unidad de propósito, voluntades comunes para sacar adelante la enorme tarea que pesa sobre los hombros de los costarricenses.
Un presidente no puede ser ligero en su decir, y menos, validar chismes. Las difamaciones no construyen, por el contrario socavan y desbaratan relaciones y entendimiento mutuo. ¡Falta respeto!
El señor Presidente de Costa Rica, utilizando la cadena CNN, se dejó decir que en su gobierno se había acabado la corrupción, pero agregó que en el último año del pasado gobierno aparecía un escándalo “todos los días”.
Sin listar cuáles eran esos delitos que habían escandalizado, sin haberlos llevado él o su Ministro de Justicia a la fiscalía, sin que el aparato represivo del Estado hubiere conocido de dichos casos, dejó caer esa grave acusación. Un escándalo lo hace cualquiera, más en periodo electoral. Un delito solo lo comprueba un tribunal con su sentencia. ¡Falta altura!
¿Qué esperaba lograr con esas ligeras palabras? ¿Sería sacar pecho cuando el 80% de los costarricenses señala que su gobierno carece de rumbo? ¿Es esa declaración una cortina de humo para paliar fallas, omisiones y serios problemas como el caso del FIA? ¡Falta grandeza!
El país debe asumir una posición de cero tolerancia contra la corrupción, pero nada más contraproducente para la institucionalidad que señalar “corrupción y escándalo” sin pruebas ni acusaciones. ¡Es destructivo!
La impresión de los costarricenses es que no acusa por falta de pruebas y que es una “sacada de clavo” por los problemas que el gobierno enfrenta. La impresión de los costarricenses sigue siendo que se desea borrar del sistema legal costarricense el principio de la presunción de inocencia. Muchos conciudadanos presumen que si se da este tipo de acusaciones sin pruebas es señal para que todos hagamos lo mismo y, haciendo a un lado la formalidad de prueba y denuncia, difamemos a todos los que se pongan por delante. En la vida todo se devuelve y cosas así sin duda que lo harán. ¡Falta corrección!
Pedir favores amenazando, pedir consensos insultando, gobernar levantando un pleito por día ciertamente no es una buena táctica. Agredir a quien se necesita es una pésima estrategia. Agredir desde la Presidencia es un precedente nefasto y un ejemplo peor. ¡Falta prudencia!
El señor Presidente luego de hacer una denuncia internacional de los “escándalos” del gobierno anterior, no puede menos que materializar las pruebas y hacer él personalmente las denuncias ante la fiscalía por los delitos que generaron los escándalos que aparecían —según él— a razón de uno nuevo cada día. Escándalos intencionados no son delitos. Chismes no son acusaciones son chismes. Acusaciones sin pruebas son difamaciones. NO se forma ni se construye un país con chismes y difamaciones, pleitos e infundios.
¡Cero tolerancia a la corrupción! ¡Don Luis Guillermo no puede dejar esto en el plano de las ligerezas o su credibilidad se hundirá aún más en la incredulidad pública! ¡Falta sagacidad!


Emilio R. Bruce
Profesor
ebruce@larepublica.net

 

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