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Crece uso de agresión en asaltos

Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Miércoles 14 marzo, 2012




Casas y carros, objetivos del hampa
Crece uso de agresión en asaltos

Más violentos son Valle Central y Limón

Una de las características del nuevo perfil de los asaltos, en los últimos cuatro años, es que ahora son cada vez más violentos.
Las casas y carros son los blancos preferidos.
En las viviendas, se cuadruplicaron los robos con agresión, al pasar de un 5% a un 20%.
Asimismo a casi un 35% de las personas le robaron el automóvil con métodos violentos, el doble en tan solo dos años.
Al menos en la mitad de los hogares, algún miembro de la familia ha sufrido un episodio de asalto violento.
Los datos surgen del estudio “La Victimización en Costa Rica”, hecho por el Instituto Nacional de Estadística y Censos.
Una de las principales revelaciones de la investigación es que los delitos contra la propiedad tuvieron un crecimiento anual del 17,7% en las últimas dos décadas, principalmente en la zona rural del país.
El comportamiento más implacable del hampa al cometer los actos delictivos es lo que provoca que la percepción de inseguridad sea alta.
Los delincuentes ya no solo roban, sino que lo hacen con un uso extremo de la violencia, lo cual hace más notorios los casos.
Las personas en el Valle Central y en Limón son las más expuestas a estas agresiones, ya que estas regiones tienen el porcentaje más alto de robos con violencia.
“Los delitos reportaron un crecimiento en los hogares de altos ingresos, pues el 26% sufrió algún tipo de agresión, mientras que en los bajos fue del 14%”, dijo Johnny Madrigal, investigador a cargo del estudio.
Precisamente esta es una tendencia que no ocurría dado que, a finales de 1990, el porcentaje de familias que presentó algún hecho delictivo era muy similar, sobre el 15%, entre los hogares de clase alta, media o baja.
El comportamiento del hampa varió en la década anterior, cuando comenzó a atacar con más ensañamiento a los hogares de clase media y alta.
El problema de la violencia delictiva se agudiza por la portación de armas ilegales.
De los casi 13 mil asaltos denunciados, durante 2011, en un 55% se usó arma de fuego.
Aunque no hay datos oficiales, las estimaciones son que en el país pueden existir más de 600 mil armas de fuego sin registrar.
Incluso en el último año, decomisaron casi 35 mil pistolas que estaban en la ilegalidad.
La propuesta para frenar el uso de armas ilegales es establecer pena de cárcel a quien no la tenga inscrita en el Ministerio de Seguridad.
“La solución está en que una persona con un arma sin permiso, inmediatamente quede detenida y se arriesga a ir a la cárcel”, enfatiza el abogado Juan Diego Castro.
Actualmente la legislación establece una sanción menor por portar un arma sin registrar, excepto en los casos en que sea usada para cometer un delito.
En la Asamblea Legislativa hay varios proyectos que impulsan penar la posesión de un revólver sin estar inscrito con entre uno y tres años de prisión.

Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net

Colaboró el periodista Esteban Arrieta






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