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NACIONALES


Atacando pobreza: Pocos goles

Bernal Rodríguez brodriguez@larepublica.net | Miércoles 19 diciembre, 2012


Una de las áreas más pobres de San José es el Triángulo de Solidaridad, el cual sigue creciendo año tras año. Marco Monge/La República


ANÁLISIS

IMAS, Fonabe y Asignaciones Familiares son eficientes

Atacando pobreza: Pocos goles

Varios entes dedicados a la lucha solo pagan sueldos de burócratas

En la lucha contra la pobreza, hay pocas posibilidades de que metamos muchos goles.

En muchos casos, los programas de ayuda social no han logrado reducir la pobreza, aunque varios están funcionando bien.
La otra forma de golear, sería dedicar más dinero a varios programas.
Sin embargo, es poco probable que suceda eso, dado que el Gobierno ya está gastando unos $2 mil millones más al año de lo que ingresa.

La única solución es eliminar el desperdicio, que existe en varias instituciones, supuestamente dedicadas a aminorar la pobreza.
La mayoría de ellas son pequeñas, así aunque se hicieran más eficientes, esto no cambiaría significativamente las condiciones de los pobres.
Por otro lado, habría mayores beneficios para los pobres, que en la situación actual.
La buena noticia es que los entes más grandes, enfocados en este tema, son bastante eficientes, incluido Fonabe y Asignaciones Familiares, ambos transfieren casi el total de sus fondos a la gente pobre.
En el caso de Fonabe se trata principalmente de becas, mientras Asignaciones Familiares se concentra en ayuda básica.
Entre ambas instituciones invierten un tercio del total de los recursos dedicados a esta lucha.
El IMAS por sí solo, representa casi la mitad de los montos que el sector público pone a disposición de las personas necesitadas.
Se trata más que todo de los programas Avancemos, Red de Cuido, y Nutrición con equidad, que entre ellos transfieren a los pobres tres cuartos del presupuesto del ente, lo cual implica que los salarios y otros costos de operación del IMAS son aceptables.
Conapam también es altamente eficiente, pero pequeño.
El total de los fondos supuestamente dedicados a combatir la pobreza este año es el equivalente de $580 millones.
Por otro lado, encontramos seis entes poco productivos, de los cuales el más importante es el PANI, que el año pasado transfirió a los pobres menos del 30% de su presupuesto de $47 millones.
A este, es necesario agregar cinco más —Judesur, Inder, Infocoop, Imanu y Conai— la mayoría de los cuales gastan más del 90% de sus fondos en salarios y operaciones internas.
Los datos de la pobreza por su parte, no han cambiado mucho desde 2010, cuando las autoridades empezaron a aplicar una nueva fórmula para medir el problema.
Hace dos años, el total de la población que vive en condiciones de pobreza, incluida la pobreza extrema, fue de un 24,2%.
El año pasado, la cifra aumentó al 24,8%, o sea, casi igual que el del año anterior.
Además, la diferencia se explicaría solo por el incremento en la tasa de desempleo en 2011.
En cuanto creamos que la transferencia de recursos de la gente acomodada a la gente pobre sea la mejor forma de crear una sociedad armoniosa, la única solución práctica por ahora, es la de incrementar la eficiencia de varios de estos entes.
Hacer esto por sí solo no resolvería el problema de la pobreza, dado que todos los entes ineficientes son pequeños.
Sin embargo, se trata de un presupuesto total entre esos seis de un total de $160 millones.
Con este monto, podríamos meterle a la pobreza varios goles.

Bernal Rodríguez
brodriguez@larepublica.net
 







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