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Jueves, 28 de marzo de 2024



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7 lecciones de liderazgo que los hombres pueden aprender de las mujeres

Pese a que los hombres ocupan la mayor parte de los puestos directivos, diversos estudios han arrojado que las mujeres tienen más aptitudes para liderar eficazmente.

Forbes Centroamérica ipantaleon@forbeslatam.net | Martes 18 mayo, 2021


Un grupo de personas trabajando
Foto: Pexels tomada de Fobes Centroamérica


En México, solo 16% de las mujeres ocupan puestos de liderazgo en las organizaciones de acuerdo con el informe Women in Business 2020. Sin embargo, la empatía, humildad, reconocer sus limitaciones propias y la motivación que se le brinda a su equipo de trabajo, son cualidades que establecen a las mujeres como buenas líderes.

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De acuerdo con el artículo 7 Leadership Lessons Men Can Learn From Women publicado por Harvard Business Review, el error está en aconsejar a las ejecutivas que actúen más como los hombres para salir adelante, pues la sociedad estaría mejor atendida por más líderes masculinos tratando de emular a las mujeres.

Otro problema es que no se trata de una falta de rendimiento por parte de las mujeres, más bien, hay muy pocos obstáculos para los hombres “incompetentes”, lo que explica el excedente de personas a cargo con características narcisistas y poco éticos.

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A continuación, las 7 lecciones que no les vendría mal aprender a los hombres, según Harvard Business Review:

  1. Ser jefe significa poner al equipo antes que a ti mismo: Si un líder masculino quiere incrementar el desempeño del equipo, la egolatría no debe participar en la conversación, en su lugar, las mujeres optan por un liderazgo en el que se desbloquee el potencial de sus subordinados para que el bienestar del equipo sea una constante. Un equipo de alto rendimiento no es posible si los objetivos se centran únicamente en la cabeza del equipo.
  2. Elevar a los subordinados para lograr un equilibrio: En las empresas, las mujeres son quienes entrenan y son mentoras en contraste de los líderes masculinos, convirtiéndose así en agentes de talento que retroalimentan y dirigen a las personas en vías de crecimiento. La consecuencia de esta acción no se limita al crecimiento individual de los empleados a quienes mentorean, esto se refleja en mejoras para las empresas con equipos de alto rendimiento.
  3. Motivar para transformar: Estudios académicos arrojan que las mujeres son más propensas a inspirar y transformar las actitudes de un equipo, además de fomentar propósitos y objetivos individuales en el equipo que elevan el espíritu del grupo de trabajo. El estudio recomienda a los hombres abandonar la masculinidad tóxica que impide a los líderes masculinos ganar el corazón y el alma de las personas a través de la sensibilidad para ser mejores compañeros y líderes en el trabajo.
  4. Asume el rol apto para tus capacidades: Si nos ponemos idealistas, las personas que asumen roles de liderazgo serían quienes tienen aptitudes para ese puesto, sin embargo, estos roles son asignados de acuerdo a la experiencia y el historial de liderazgo. La realidad es que una persona puede brillar más en un puesto que refleje su vocación real, lo que podría convertirle en un líder dentro de ese rol, en lugar de ser la cabeza de un equipo que no sería bien dirigido.
  5. Reconocer sus propias limitaciones como clave del éxito: Algunos estudios arrojan que pese a que las mujeres que se empoderan poniendo frente a las brechas laborales no son inseguras, si suelen ser menos confiadas que los hombres, lo que se traduce en que los hombres están menos dispuestos a reconocer sus errores en comparación de las mujeres. La recomendación para los hombres es verse de una manera más crítica para abrir paso a la oportunidad de prepararse para aumentar su competencia y rendimiento.
  6. Menos jefes mandones, más empatía: Para un equipo de trabajo, el reconocimiento, validación, apreciación y empatía son esa palmada en el hombro que anhelan por parte de su jefe. En plena época de la inmediatez y automatización, un equipo está más dispuesto a dar mejores resultados si son tratados con empatía y no como si fueran máquinas.
  7. La humildad no es sinónimo de pobreza: Una de las razones por las que una persona puede desear frenéticamente ser un jefe, es por la remuneración económica; sin embargo, la verdadera riqueza de un jefe está en la humildad, cualidad que nos permite reconocer nuestros errores, aprender de la experiencia para tener en cuenta las perspectivas de un equipo de trabajo para poder cambiar y mejorar.

Estos fueron los 7 consejos de liderazgo de las mujeres que podría construir una atmósfera laboral más armónica y eficiente para ambos géneros… pero ¡advertencia!, si eres hombre y leer esto te molestó, esta reacción se está interponiendo en el camino de un aprendizaje que conduce al éxito.


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