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¡Sencillamente imposible!

Walter Herrera wherrera@larepublica.net | Jueves 09 marzo, 2017


Sebastián Quirós, raqueta número uno por Costa Rica, perdió ante el estadounidense William Woodal, favorito al título. CRTC/La República


Lo dijo Albert Einstein: “Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes". El principio es el mismo en el deporte y se ve reflejado en los resultados de tenistas costarricenses que año a año reprueban en los principales torneos nacionales; al final, la eliminación prematura es el factor en común.

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El tenis costarricense no está preparado para dar el salto a las grandes ligas y se reflejó esta semana nuevamente luego de que todos los jugadores nacionales cayeran en primera ronda en la categoría singles, tanto en masculino como en femenino en el Costa Rica Bowl.
El discurso es el mismo, no cambia año a año y a pesar de estar justificado, no hay algo que proyecte un futuro diferente al presente que vive el deporte de raqueta.
“Nuestro nivel no es tan diferente al de los extranjeros, lo que cambia es la experiencia, nosotros casi no salimos a torneos internacionales, ellos pasan metidos en esto”, dijo Ian Tracy, tenista nacional, luego de caer por un abultado marcador de 6-1, 6-0 ante el mexicano Santiago Hinojosa en la primera ronda de la llave principal.
También se sabe que los tenistas internacionales cuentan con el apoyo económico para viajar por el mundo.

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¿Cuándo se podrá observar nuevamente a un tico compitiendo el último día?
Para saberlo, algún joven tendrá que implementar la que pareciera ser la única salida, dedicarse al tenis profesional o estudiar en una universidad internacional que le permita explotar el talento que sobra en el deporte blanco en Costa Rica.
Así es como los hermanos Thome y Juan Antonio Marín pusieron a llorar de la alegría al país en torneos de alto renombre como la Copa del Café.
Fred compitió en México y además tuvo excelentes participaciones en el Sunshine Cup y Orange Bowl, en Miami. El mayor de los Thome estudió en la Universidad de Texas y elevó su nivel contra los máximos exponentes del mundo.
Obtuvo bronce en los Juegos Panamericanos de Indianápolis y participó en la Copa Davis, representando al país en 1990 y 1992.
“En estos últimos 15 a 20 años ha aumentado mucho el fogueo a nivel centroamericano y eso ha levantado el nivel, lo que pasa es que a nivel mundial también se crece. Es cuestión de tiempo para que aparezca otro tico como Juan Antonio Marín”, dijo Fred en 2014 en una entrevista para Diario Extra.
Tres años después, sigue sin haber un referente en el tenis nacional. Tanto en Copa del Café como Costa Rica Bowl, las raquetas uno y dos del país en masculino y femenino fueron eliminadas.
El otro caso de éxito es de Juan Antonio Marín, quien le apostó al circuito profesional y rompió el amateurismo en el país.
“Juancho” le apostó su futuro al tenis y cosechó grandes glorias, participó ante grandes jugadores en Grand Slams y ganó el ATP de Suecia en 1999. Se dedicó a jugar torneos internacionales y se salió del molde del tenista tico.
Por ahora pareciera que en suelo nacional, la tónica está establecida.


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