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COLUMNISTAS


Violencia económica

Marilyn Batista Márquez mbatista@batistacom.com | Lunes 13 junio, 2022


Siempre he insistido en que las mujeres debemos generar nuestros propios ingresos, indistintamente que optemos por ser amas de casa y contar con un compañero que tenga la capacidad de brindarnos el sustento dignamente.

Hace años atrás lo sentía como una meta humana profesional de autonomía, valor y seguridad financiera, pero ahora lo veo como prevención de violencia económica, porque la ausencia de ingresos propios genera dependencia, y ésta afecta la capacidad de la mujer para abandonar una relación tóxica, lo cual a su vez aumenta las probabilidades de sufrir violencia doméstica.

Cuando leí la frase del senador norteamericano y ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, “La dependencia es la muerte a la iniciativa, a la toma de riesgos y a la oportunidad”, inmediatamente la copié, porque aplica perfectamente a las relaciones de pareja.

La dependencia, especialmente de las mujeres con los hombres, genera muchos otros males como baja autoestima, relaciones desequilibradas y en algunos casos, violencia económica.

Un estudio de Inmaculada Domínguez, investigadora de la Universidad de Extremadura, España, y miembro del Instituto Polibienestar, sostiene que existen tres manifestaciones claras de la violencia económica:

• El "control" de las cuentas, limitando el uso del dinero por parte de las mujeres.

• La "explotación" económica, que supone que ella lleva un sueldo a casa, pero no dispone de él, mientras su pareja decide en qué se lo gasta.

• El "sabotaje" laboral, que frena a las mujeres para que puedan generar sus propios recursos.

Lo interesante de la línea de investigación del estudio de Domínguez es que se concentró en casos de mujeres que no habían sufrido violencia en pareja, pero que, al divorciarse, su relación cambió totalmente y es cuando empezó el abuso económico.

La investigadora presenta casos de hombres con capacidad de pago de pensión, que prefieren mantener a su exesposa en tensión, y si deben pagar el 1 de cada mes, esperan hasta el 10 como forma de presionar a que lo llame (para pedir el dinero), demostrando subordinación y dependencia hacia su persona.

El estudio sostiene que la violencia económica se extiende incluso cuando la relación sentimental con el maltratador se ha acabado, especialmente cuando hay hijos en común. Si la violencia física termina con el abandono de la víctima del domicilio, la económica se prolonga a través del pago de pensiones alimentarias, de la hipoteca o de los gastos de los menores de edad. Las exparejas no pasan la pensión o dilatan los procesos judiciales. A veces incluso interponen múltiples procesos para intentar arruinar a la víctima, y les dicen que van a contratar a los mejores abogados para hundirlas.

Si bien es cierto que los gobiernos deben legislar para impedir las artimañas que se usan para ejercer la violencia económica contra las mujeres, también es necesario la concientización de las mujeres en empoderamiento e independencia económica.

Organizaciones como la CEPAL impulsan la autonomía económica de las mujeres, que se explica como la capacidad de generar ingresos y recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado, en igualdad de condiciones que los hombres.

El empoderamiento implica, según la ONU, que las mujeres participen plenamente en todos los sectores y a todos los niveles de la actividad económica para construir economías fuertes, establecer sociedades más estables y justas, alcanzar los objetivos de desarrollo, sostenibilidad y derechos humanos y mejorar la calidad de vida.

Así como puede haber hombres que apliquen mecanismos para que las mujeres sean dependientes de ellos, ejerciendo violencia económica, también existen acciones que impiden o mitigan que una separación empobrezca a las mujeres y la subordine al control machista, como lo son el empoderamiento desde temprana edad y la independencia económica.

Sin embargo, más allá de la posibilidad de ser víctima de violencia económica, es de gran satisfacción sentirnos independientes, poseer bienes, generar nuestros propios ingresos, y con ellos, aliviar la carga económica que muchas veces recae en nuestros compañeros de vida.

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