Venecia recibió entre ovaciones lo último de Polanski
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 05 septiembre, 2011
Venecia recibió entre ovaciones lo último de Polanski
El Festival de cine de Venecia recibió con grandes aplausos la última película de Roman Polanski, “Carnage”, fantástica historia que se sostiene sobre los hombros de cuatro enormes actores: Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly.
La película funciona como un mecanismo de relojería en el que cada frase y cada movimiento está estudiado hasta el más mínimo detalle. “Es una historia increíblemente compleja en los detalles”, explicó Winslet en la rueda de prensa de presentación de la película.
La historia es sobre dos parejas que se enfrentan tras una pelea de sus hijos, de 11 años. Y en la que, al desarrollarse casi en su totalidad en el salón de la casa de una de las parejas, hace que el trabajo de los actores sea aún más importante que en otros filmes.
“Los cuatro estuvimos muy implicados desde el primer día de los ensayos. Pero tuvimos la ayuda de un guion extraordinario”, indicó Winslet.
Dos semanas de ensayos les permitieron coger el tono y ritmo que Polanski quería dar a la película, algo alejado de la pieza teatral que todos ellos conocían.
La película es una coproducción de España, Francia, Alemania y Polonia, que pese a estar basada en el archiconocido texto de teatro de Yasmina Reza, adquiere una dimensión diferente en manos de Polanski y de sus cuatro protagonistas.
Apenas unos cambios: diálogos aún más ácidos e histriónicos que en la pieza teatral, ligeras variaciones de estructura y algunas escenas fuera del salón en el que todo se desarrolla para dar un poco oxígeno en la gran pantalla.
Pero, sobre todo, unos actores fantásticos, que no se creen sus personajes, sino que los viven.
Venecia/ EFE
El Festival de cine de Venecia recibió con grandes aplausos la última película de Roman Polanski, “Carnage”, fantástica historia que se sostiene sobre los hombros de cuatro enormes actores: Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly.
La película funciona como un mecanismo de relojería en el que cada frase y cada movimiento está estudiado hasta el más mínimo detalle. “Es una historia increíblemente compleja en los detalles”, explicó Winslet en la rueda de prensa de presentación de la película.
La historia es sobre dos parejas que se enfrentan tras una pelea de sus hijos, de 11 años. Y en la que, al desarrollarse casi en su totalidad en el salón de la casa de una de las parejas, hace que el trabajo de los actores sea aún más importante que en otros filmes.
“Los cuatro estuvimos muy implicados desde el primer día de los ensayos. Pero tuvimos la ayuda de un guion extraordinario”, indicó Winslet.
Dos semanas de ensayos les permitieron coger el tono y ritmo que Polanski quería dar a la película, algo alejado de la pieza teatral que todos ellos conocían.
La película es una coproducción de España, Francia, Alemania y Polonia, que pese a estar basada en el archiconocido texto de teatro de Yasmina Reza, adquiere una dimensión diferente en manos de Polanski y de sus cuatro protagonistas.
Apenas unos cambios: diálogos aún más ácidos e histriónicos que en la pieza teatral, ligeras variaciones de estructura y algunas escenas fuera del salón en el que todo se desarrolla para dar un poco oxígeno en la gran pantalla.
Pero, sobre todo, unos actores fantásticos, que no se creen sus personajes, sino que los viven.
Venecia/ EFE