Una década perdida en mercados emergentes
Fabio Parreaguirre fparreaguirre@larepublica.net | Lunes 10 agosto, 2015
Inversionistas empiezan a ver errores en sus decisiones
Una década perdida en mercados emergentes
Bonos de Costa Rica siguen atractivos
En total, las monedas de los países en desarrollo cayeron al nivel más bajo desde 1999 y los bonos denominados en esas divisas perdieron el valor de cinco años de aumentos.
Asimismo, un dólar fuerte, precios bajos de las materias primas, desaceleración en todo el mundo y posibles tasas estadounidenses más altas, limitarán más a los emergentes.
Después de emocionantes alzas y abruptas caídas, la mayoría de los BRIC’s —por las primeras letras de Brasil, Rusia, India y China— se presentan como grandes perdedores, incluyendo a otros países, que se consideraron el motor del crecimiento mundial.
En lo que a Costa Rica se refiere, no representa ni el 1% de la cantidad de dinero que grandes inversionistas tienen en países como los mencionados, junto a Colombia, México, Chile, por mencionar otros latinoamericanos, y Sudáfrica o Malasia, de otros continentes.
A pesar de que los inversionistas demostraron un excelente apetito por los instrumentos de mediano y largo plazo que nuestro país emitió en los últimos cuatro años, esos $4 mil millones son solo un pequeño pedazo de todo el pastel a nivel mundial.
De igual manera, la baja en la calificación crediticia dio a los que creyeron en el país y compraron su deuda, un mejor rendimiento que el esperado en otros mercados emergentes.
Ahora Brasil y Rusia viven profundas depresiones causadas por el desplome de las materias primas mundiales, mientras que China se está desacelerando y tiene dificultades para apuntalar su mercado de valores, que se hunde velozmente.
La perspectiva de un aumento de las tasas de interés estadounidenses no hace más que oscurecer este sombrío panorama.
Las monedas, del rand sudafricano al ringgit malasio, cayeron nuevamente el miércoles ante el temor de que la Reserva Federal de EE.UU. tome medidas ya en setiembre.
Fabio Parreaguirre y Bloomberg