Un terreno fértil para el cambio (climático)
| Martes 21 diciembre, 2010
Un terreno fértil para el cambio (climático)
El sector agropecuario es crítico para el éxito de nuestra estrategia nacional climática.
La agricultura es parte del problema climático. A nivel mundial, casi un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de este sector. En Costa Rica, el sector es responsable por casi el 40% de las emisiones nacionales. La agricultura va a ser muy afectada por los cambios del clima, reduciendo la productividad e incrementando la vulnerabilidad. Muchas personas con bajos recursos en Costa Rica viven en áreas rurales y dependen de la agricultura para su subsistencia.
Pero la agricultura también es parte de la solución climática. El sector agropecuario costarricense podría ser un importante sumidero de carbono, utilizando prácticas como los sistemas silvo-pastoriles y las mejoras en la gestión de fertilizantes. Los agricultores podrían cambiar sus prácticas para hacer sus fincas más “clima-inteligentes” y así incrementar la productividad y la seguridad alimentaria.
Pasé las últimas dos semanas representando (con mucho orgullo) a Costa Rica en la cumbre climática que se celebró en Cancún, México. Fui una de cinco personas jóvenes que el gobierno de Costa Rica acreditó y viaje a Cancún para trabajar con la delegación nacional y luchar por prevenir el cambio climático catastrófico. Allá, me di cuenta que la relación entre la agricultura y el cambio climático aún no es central en las negociaciones. Costa Rica tiene la oportunidad de liderar este tema a nivel mundial.
Para hacer eso, debemos entender bien nuestras emisiones y comenzar a reducirlas. El sector agropecuario nacional emite dos gases de efecto invernadero importantes: el óxido nitroso y el metano. Estos gases provienen mayormente de cinco sectores productivos: café, caña, banano, arroz y ganado. El Plan Nacional Climático debería establecer metas y acciones concretas para la adaptación y mitigación de estos sectores productivos.
Las consecuencias de no actuar son altas, los cafetaleros lo hemos vivido durante este temporal. Los beneficios de actuar vienen en una “triple ganancia”: incrementaríamos la seguridad alimentaria, mejoraríamos la capacidad para adaptarnos, y reduciríamos las emisiones nacionales.
No tengo duda de que juntos podemos lograr algo importante. En CoopeDota, hemos podido reducir el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo logramos en tres años y con limitados fondos internacionales. Vamos a producir el primer café carbono neutro del mundo y queremos que nuestra comunidad de Santa María se desarrolle baja en emisiones de carbono.
Cancún me abrió los ojos a las enormes oportunidades que tenemos. Hace 20 años tuvimos oportunidades similares en el sector forestal y las aprovechamos. El terreno está fértil para un cambio importante en la agricultura. Sembremos acciones locales y cosechemos logros globales.
Hortensia Solís Agüero
Ingeniera
El sector agropecuario es crítico para el éxito de nuestra estrategia nacional climática.
La agricultura es parte del problema climático. A nivel mundial, casi un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de este sector. En Costa Rica, el sector es responsable por casi el 40% de las emisiones nacionales. La agricultura va a ser muy afectada por los cambios del clima, reduciendo la productividad e incrementando la vulnerabilidad. Muchas personas con bajos recursos en Costa Rica viven en áreas rurales y dependen de la agricultura para su subsistencia.
Pero la agricultura también es parte de la solución climática. El sector agropecuario costarricense podría ser un importante sumidero de carbono, utilizando prácticas como los sistemas silvo-pastoriles y las mejoras en la gestión de fertilizantes. Los agricultores podrían cambiar sus prácticas para hacer sus fincas más “clima-inteligentes” y así incrementar la productividad y la seguridad alimentaria.
Pasé las últimas dos semanas representando (con mucho orgullo) a Costa Rica en la cumbre climática que se celebró en Cancún, México. Fui una de cinco personas jóvenes que el gobierno de Costa Rica acreditó y viaje a Cancún para trabajar con la delegación nacional y luchar por prevenir el cambio climático catastrófico. Allá, me di cuenta que la relación entre la agricultura y el cambio climático aún no es central en las negociaciones. Costa Rica tiene la oportunidad de liderar este tema a nivel mundial.
Para hacer eso, debemos entender bien nuestras emisiones y comenzar a reducirlas. El sector agropecuario nacional emite dos gases de efecto invernadero importantes: el óxido nitroso y el metano. Estos gases provienen mayormente de cinco sectores productivos: café, caña, banano, arroz y ganado. El Plan Nacional Climático debería establecer metas y acciones concretas para la adaptación y mitigación de estos sectores productivos.
Las consecuencias de no actuar son altas, los cafetaleros lo hemos vivido durante este temporal. Los beneficios de actuar vienen en una “triple ganancia”: incrementaríamos la seguridad alimentaria, mejoraríamos la capacidad para adaptarnos, y reduciríamos las emisiones nacionales.
No tengo duda de que juntos podemos lograr algo importante. En CoopeDota, hemos podido reducir el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo logramos en tres años y con limitados fondos internacionales. Vamos a producir el primer café carbono neutro del mundo y queremos que nuestra comunidad de Santa María se desarrolle baja en emisiones de carbono.
Cancún me abrió los ojos a las enormes oportunidades que tenemos. Hace 20 años tuvimos oportunidades similares en el sector forestal y las aprovechamos. El terreno está fértil para un cambio importante en la agricultura. Sembremos acciones locales y cosechemos logros globales.
Hortensia Solís Agüero
Ingeniera