UCR depositará 25 mil semillas de arroz silvestre en la “Bóveda del Fin del Mundo”
Jeffry Garza jeffrygarza.asesor@larepublica.net | Martes 25 febrero, 2020 07:10 a. m.
Este 25 de febrero de 2020, la Universidad de Costa Rica (UCR) formará parte de las 36 instituciones internacionales que depositarán semillas silvestres y mejoradas de especies vegetales relacionadas a cultivos en la Bóveda Mundial de Semillas de Svalbard, Noruega (conocida como la “Bóveda del Fin del Mundo” o el “Arca de Noé de las Plantas”).
Lea más: UCR crea herramienta digital para evitar contaminación de las hortalizas
El objetivo de conservar la agrobiodiversidad mundial.
Esta bóveda es la más grande del mundo y tiene almacenadas más de 992 mil muestras únicas de semillas de especies silvestres y variedades procedentes de casi todos los países del planeta.
Allí, a menos de 15 grados El objetivo de conservar la agrobiodiversidad mundial. centígrados, los representantes de la UCR, Griselda Arrieta y Allan Martínez, depositarán 25.500 semillas de los arroces silvestres Oryza glumaepatula, Oryza latifolia, Oryza grandiglumis, que crecen en la zona norte del país en los humedales Medio Queso y Caño Negro, y en otras áreas protegidas de Costa Rica.
Estas semillas fueron recolectadas por los investigadores del Laboratorio de Biotecnología Aplicada al Mejoramiento Genético de Cultivos del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular con el apoyo técnico y financiero de la organización internacional Global Crop Diversity Trust, entre 2015 y 2018.
Lea más: UCR incubará 20 proyectos tecnológicos
Desde el 2015 la Universidad de Costa Rica y el Ministerio de Agricultura y Alimentación de Noruega mantienen un acuerdo suscrito para el depósito y almacenamiento de semilla a nombre de la institución, por un periodo de 20 años.
Depositar las semillas de arroz silvestre en Svalbard es importante para la seguridad alimentaria y nutricional de nuestro país, ya que permitirá el resguardo de recursos filogenéticos de alto valor ecológico y agroalimentario, que, en el futuro, podrían ser de utilidad para el mejoramiento de un cultivo básico como lo es el arroz, explicaron los investigadores.
