Toda la información posible
Francisco Villalobos fvillalobos@icstax.com | Lunes 12 abril, 2010

Toda la información posible
Nuestros jóvenes están siendo educados por los medios de comunicación. Los nativos digitales son las personas que conocieron desde que tuvieron razón, teléfonos celulares y computadoras. Así llama el Dr. José Luis Ortiz a los chicos que hoy tienen diez años. José Luis es director de la Facultad de Comunicación de la Universidad Panamericana de México y estuvo con nosotros en Gente Gerente. (Radio Columbia 98.7 FM Miércoles 9 a 9.30 a.m. www.gentegerente.com).
La generación del milenio está siendo educada y estimulada por los medios de comunicación. Es una generación sobreestimulada, dice Ortiz. Cita a T. S. Elliot: “Donde está el conocimiento que se nos ha quedado en mera información y donde está la sabiduría que se nos ha quedado en mero conocimiento”. Así preocupa a los estudiosos de hoy de la mano de Elliot, no encontrar sabiduría en la información.
A mí me gusta pensar más bien que tiene razón Steve Jobs, “you tight the knots backwards, not forward”. Un día uno entiende por qué leyó aquello o vio aquello o escuchó aquello. Nadie se lo tiene que decir ni imponer. Me parece que no se pierde el tiempo buscando, hurgando y navegando por Wikipedia, con revisar tres fuentes a la vez y contrastar lo que nos dicen las fuentes tradicionales.
Es eso lo que los jóvenes están llamados a hacer. Nada peor que un joven con canas en el espíritu.
Los que educamos o dirigimos o influenciamos gente, debemos estar muy al día y más que saber cosas y repetirlas, manejar conceptos y hacer de un hábito la apertura mental para dejar que nuevas ideas y planteamientos sirvan para resolver los problemas y mejorar las cosas. Se empieza por estar expuesto a la mayor cantidad de información posible.
A propósito de conceptos, ¿cuál es el que está detrás del pleito de los porteadores? Parece que estamos enfrascados en un problema que solo admite dos soluciones: más placas de taxi o eliminar del Código de Comercio el porteo de personas. Yo pensaría que hay otra vía: basados en la experiencia internacional, se pueden establecer requisitos tanto a los autos como a los conductores, un monto fijo anual de licencia, una tasa para sufragar la revisión técnica y que sea el mercado y no unos burócratas con botín político los que decidan cuántos taxis hay. ¿Es que alguien piensa en los usuarios?
Francisco Villalobos